- And The Rest Will Follow | IFFR 2025 - 1 febrero, 2025
- Festival de Cine de Kerala 2024: un alegato feminista - 30 diciembre, 2024
- Athina Rachel Tsangari, directora de ‘Harvest’: «Tal vez sea el fin de una era cada día» - 6 diciembre, 2024
Como ocurría en ‘Something Useful’ Pelin Esmer en su último trabajo, ‘And The Rest Will Follow’, vuelve a confiar en la narración a expensas de unos personajes desdibujados por el propio relato
Tras la barra del bar de un hotel asoma un brazo de mujer vestido de rojo. Como icono cinematográfico la imagen no puede ser más sugerente. La historia de And The Rest Will Follow, de la turca Pelin Esmer, surge de ahí. Una historia que conecta con otras, de tinte plúmbeo, espeso en sus dilaciones y que no define arquetipos. Lo que pervive aquí es el relato a expensas del relato dejando desdibujados a sus personajes en favor de la narración sustentada por contrapesos. De un lado, Söke, una pequeña ciudad de Turquía. Del otro, Estambul. Y de un lado, también, la joven Aliye, de unos veinte años, que vive en Söke soportando un evidente síndrome de cenicienta. En el otro punto, Levent, de mediana edad, director de cine de reconocido prestigio que está atravesando una ruptura sentimental. Un momento de tránsito en el que, cuando el instinto de supervivencia se mantiene, cuando la pulsión por vivir sigue intacta, buscamos la revelación.
Las piezas del puzle parecen encajar. Es fácil adivinar quién será la revelación en la vida de Levent, aunque la línea argumental no sea tan evidente como sugiere esta abstracta síntesis del guion de And The Rest Will Follow. Podría ser más descriptiva, pero su abstracción se debe a que ocurren demasiadas tramas al mismo tiempo en un paisaje humano, poblado de personajes estridentes, que se desliga continuamente de un vago centro narrativo. Aún así, hay parajes tan líricos, desde el punto de vista de su imaginería visual, que hacen que la cinta sobresalga más por sus voluntades que por el estímulo necesario para provocar una reacción. Todo se aletarga manteniendo un suspense ingrávido que tiene ideas quizás no demasiado ocurrentes pero que, en el papel, son lo suficientemente sugerentes. Es el concepto de interpretar la vida como una narrativa que sobrescribe el relato biográfico. En ello podemos reconocer las evidentes máscaras de nuestro tiempo visibles en redes.
Aliye quiere inventarse, reconstruirse para Leven, lo cual, por otro lado, no deja de tener un sesgo paternalista por mucho que en el extraño final se busque la liberación de este personaje. Esta dinámica, que funcionó tan bien en Lost in Translation, se puede sentir, en cierta medida, extenuada. Y, sin embargo, el arranque en el que subyacen ecos que parecen rememorar al Jean-Pierre Jeunet de Amelie deja escenas memorables. Los espacios están muy bien construidos. El diseño de producción es esmerado y la fotografía ayuda a edificar un entramado en ascuas que ni siquiera exige un esfuerzo. Es la construcción de una identidad edificada de retazos. En esos retazos podemos encontrar ecos de interés por la necesidad de dar sentido a nuestra propia experiencia vital. Aún así, como ocurría en Something Useful, el anterior trabajo de Esmer, no hay una reflexión lo suficientemente coherente y profunda que atrape.
And The Rest Will Follow | IFFR 2025