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Tras su paso por el Festival de Cine de Gijón/Xixón 2024, Rúnar Rúnarsson explica a este medio la importancia de seguir derrumbando estereotipos, que no son reales, en torno a cómo se construyen los personajes femeninos en el cine
El cineasta Rúnar Rúnarsson (Reikiavik, 1977), que ya cuenta con una Concha de Oro en su haber, acaba de pasar por el Festival de Cine de Gijón/Xixón con When the Light Breaks, que tuvo su estreno mundial en Cannes, una película que, a grandes rasgos, narra la historia de un grupo de jóvenes universitarios que se enfrentan a la pérdida de un amigo. Centrada en la perspectiva que las dos chicas de este grupo de amigos tienen de esta pérdida repentina, este trabajo retrata sentimientos complejos expresados a través de miradas, silencios y gestos repletos de significado.
Es un paisaje humano en el que destaca la luz proyectada sobre un abanico de emociones que subsisten en el gris donde aquello que une, finalmente, es más fuerte que lo que separa. El islandés, a través de un trabajo de arte meticuloso y soberbio, construye una hermandad de mujeres que comparten el mismo dolor. Para ello, el lenguaje torna más hacia lo que capta la mirada que la voz. Y las metáforas, cargadas de simbolismo, se encargan de acabar de perfilar un relato que evita el estereotipo para captar la verdad que irradia la luz. Una luz que, igualmente, está en la forma de estar de este creador que escucha y se toma pausas en sus contestaciones esperando iluminar. Consciente de la importancia de los silencios, las palabras cobran sentido.
Pienso que este trabajo, When the Light Breaks, es el más depurado y estilizado hasta la fecha de toda tu producción. Creo también que el hecho de encuadrarlo entre dos puestas de sol contribuye mucho a ello. ¿Tenías claro, desde el principio, cómo ibas a estructurar la película para conseguir este minimalismo tan cuidado y atractivo?
(Rúnar Rúnarsson) Sí, era importante para nosotros mantener la película entre estas dos puestas de sol porque eso nos permitía no tener que explicar todas las etapas del dolor que sufre la protagonista. Queríamos capturar ese momento en el que estás desde arriba, como en el aire, y transmitirlo con esos tres elementos que tiene el cine. El cine tiene estas tres herramientas narrativas. A menudo, hacemos mucho hincapié en la parte hablada o escrita, pero realmente queríamos integrar el lenguaje visual y el lenguaje sonoro para transmitir estas emociones.
Sí, porque el sonido es casi un personaje más en el terreno de juego y guía toda la película. ¿En qué momento del proceso de escritura quedó esto claro?
(RR) Bueno, todo es un proceso. Me gusta mucho el sonido y trato de integrarlo lo antes posible.
¿En general? ¿Siempre, en toda tu producción?
(Rúnar Rúnarsson) Cada vez más. Siempre estoy aprendiendo algo. Y claro, un sonido, o su ausencia, puede decir mucho porque ambos cuentan una historia creando certeza o incertidumbre. Transmiten emoción. Así que sí, algunas cosas se han diseñado de antemano y otras surgen durante el proceso. En la preproducción, cuando estamos buscando las localizaciones, ya nos damos cuenta de que hay un cierto eco en el lugar o algún tipo de vibración que proviene de una ventana cuando hablas, o muchos elementos poco perceptibles a simple vista. Así que sí, trato de inspirarme, tanto visual como auditivamente, desde el momento en el que estamos haciendo las localizaciones para tratar de llevar la película a la siguiente etapa cuando inicio el proceso de escritura, el manuscrito escrito.
Por otra parte, hasta que terminamos de mezclar la película y la mostramos, está bajo constantes reescrituras, porque tenemos que asimilar los regalos que van llegando. Tengo una visión, pero también soy un privilegiado porque he logrado rodearme de personas que son mejores que yo en todos los campos: mejor director de fotografía, mejor diseñador de producción, mejor diseñador de sonido, mejor peluquero y maquillador, y bueno, los mejores en todos los campos. Todos ellos pueden ver mi visión y lo que hacen es ampliarla. Es un trabajo en equipo. Empiezo a desarrollar todo el trabajo con estos diferentes jefes de departamento, todas estas personas creativas para hacer esto mejor.
En esta película en particular creo que lo interesante es cómo reconduces a los personajes para que salgan de un lugar donde están atrapados. Tengo la sensación de que es como si te sintieras responsable de ellos, como si quisieras mostrarles el camino para que se sientan mejor. Y eso me parece muy alentador. Creo que el cine también tiene que enseñarnos a vivir. ¿Qué opinas tú de esto?
(Rúnar Rúnarsson) Bueno siempre hay esperanza. Y una cosa es la vida cotidiana y otra nuestras películas. Vale, déjame reformularlo. Lo que ocurre es que el cliché sigue en las películas de Hollywood que tienen finales felices. Todo es genial. Y en cambio, en las películas de arte y ensayo europeas todo es horrible. Pero ambas perspectivas están equivocadas, porque la vida está en algún punto intermedio. La vida no es negra a la luz y tampoco es blanca. Es gris. Sí, por eso, independientemente de cómo nos sintamos en la escala de grises, siempre hay esperanza. Son más las cosas que nos unen en este mundo que las que nos dividen. Sin embargo, en nuestra vida cotidiana estamos continuamente bombardeados por todas estas cosas que nos dividen. Imagínate, no tenemos la misma religión, por lo tanto tenemos que estar en guerra. No compartimos una misma postura sobre, no sé, el control de la natalidad, y por lo tanto deberíamos estar discutiendo. Pero no es así, hay más cosas que nos unen. Es por eso que lo importante es que recuperemos las cosas buenas del cine mundial. Entras en un cine y ves una película de Sudán, de Ucrania, de Japón. No importa el lugar. Se trata de personas. Y te encuentras con alguien que ama o tiene el corazón roto. Todo son condiciones humanas. Todos somos iguales al fin y al cabo.
Sí, efectivamente.
(Rúnar Rúnarsson) Y, sin embargo, siempre estamos haciendo hincapié en las pocas cosas en las que no estamos de acuerdo. Y deberíamos de cambiar, porque todas estas diferencias se están utilizando para ponernos a unos contra los otros. Así que la gente gana dinero creando guerras y conflictos y vendiendo noticias sobre cosas malas. Pero, entre todos nosotros, en realidad hay muy pocos psicópatas en este mundo. Muy pocos, aunque ocupan mucho espacio en la sociedad y les damos demasiado espacio. Sin embargo, la mayoría somos simplemente seres humanos y tenemos nuestros defectos, pero queremos hacerlo bien. Y no hacemos hincapié en esto.
Y curiosamente, a pesar de las buenas intenciones de la película, tampoco es ingenua. De hecho, como ocurre aquí, en tus propuestas siempre hay espacio para la crítica social. Generalmente la masculinidad tóxica está presente. Lo vemos en una escena en la que casi hay una pelea entre dos hombres —un chico joven del grupo de amigos y un hombre de mediana edad que conduce un coche—. Es algo muy trivial, en realidad. Esta escena, aunque pueda pasar desapercibida, creo que tiene bastante trascendencia. Por un lado, refleja el estado de ánimo de los chicos ante la pérdida de su amigo. Por otro lado, puede interpretarse como una instantánea social de Islandia mucho más compleja de lo que parece. ¿Qué significado tiene para ti esta escena?
(RR) Todo lo que describes de la película se supone que está ahí. Un elemento adicional tal vez sea que ellos, como grupo, están experimentando algo juntos. Y esto es parte de la integración de Una en el grupo porque es una extraña en él. Pero están experimentando algo juntos porque están contando historias sobre el pasado y sobre el pasado de la ciudad que tienen con el amigo que acaba de fallecer. Y esta es la primera vez que están creando recuerdos. Sí, esto es parte de todo este proceso del duelo. Están haciendo algo activamente juntos de una manera extraña. Así que eso es una parte adicional a lo que estás describiendo.
Y sobre la masculinidad tóxica que podemos observar en esta escena, ¿Cómo percibes la sociedad islandesa con respecto a los roles masculinos y femeninos? ¿Crees que existe, de hecho, esa masculinidad tóxica que a menudo retratas en tus películas?
(Rúnar Rúnarsson) ¿Masculinidad tóxica en la sociedad islandesa? Si, creo que todavía está ahí, pero es bastante mejor que en otros lugares. Hemos tenido una presidenta y una primera ministra lesbiana. Las mujeres islandesas son bastante fuertes, si bien, estamos en transición. No estamos en el lugar perfecto, pero creo que, sobre este tema, lo estamos haciendo mejor que en muchos otros países. Aunque claro, eso no significa que se haya logrado algo, eso no significa que esa masculinidad tóxica no esté ahí y sea parte de la sociedad. Eso es algo que nunca borraremos, al igual que nunca borraremos todos los prejuicios u otras estupideces. Por eso, tenemos que señalarlo de vez en cuando, porque es parte de nuestra sociedad, simplemente para reflexionar sobre ello, claro.
Bueno, en realidad es evidente que no es una película sobre masculinidad, sino todo lo contrario. Las protagonistas son estas dos chicas, aparentemente tan opuestas, a las que intentas reconciliar. Me interesan también estos personajes porque creo que representan muy bien los cambios en la forma en la que las nuevas generaciones de mujeres se perciben a sí mismas. Pero, sobre todo, destaca el personaje de Una, que tiene un aspecto muy ambiguo y contemporáneo. Creo que este personaje es esencial en la película hasta tal punto que casi podríamos categorizarla como una película de retrato que puede llegar a ser un retrato generacional. ¿Cómo fue el proceso de casting y qué buscabas en el personaje de Una?
(RR) Bueno, estaba buscando un personaje que ya fuera que ella misma lo viera o no, pudiese definirse a sí misma. Pero tenía que tener fuerza y fragilidad al mismo tiempo. Y también considero que los actores tienen que ser capaces de transmitir lo que no se dice. Es decir, sin necesidad de hablar, que puedan transmitir con un gesto de la mirada o de la respiración. Un pequeño gesto en la cara, que no se puede escribir, expresa más que las palabras. En las películas es lo que esperamos. Y, en general, hay conceptos equivocados para hablar sobre las relaciones entre mujeres. Expresiones como peleas de gatas o que las mujeres siempre deberían tener conflictos, lo cual es un concepto erróneo.
Sí, por supuesto.
(Rúnar Rúnarsson) Lo cierto es que fui un privilegiado en mi vida. Fui criado por una madre fuerte y hermosa. Tengo tres hermanas mayores y muchas mujeres a mi alrededor. Vivo con mi mujer, que antes era mi pareja, y nuestra hija. Mi directora de fotografía también es mujer. La diseñadora de producción es una mujer, mi productora es una mujer, y hay muchas mujeres a mi alrededor y en mi vida profesional. Y yo no veo que existan conflictos entre las mujeres, ¿qué mujeres tienen estos conflictos? Lo que más observo es hermandad. Observo que se preocupan las unas por las otras y que son también la hermandad del hombre. Porque esta cuestión de la masculinidad tóxica es algo de lo que queremos alejarnos. Es algo estúpido y primitivo. Pero la hermandad es algo humanístico. Es una cuestión de mirarnos a los ojos como seres humanos y ver simplemente que podemos entendernos. Así que esto es lo que quería capturar también en esta película. Sí que hay otras películas, no estoy diciendo que nunca se haya hecho nada por el estilo, no digo eso, pero para mi era importante contar esta historia, aunque ya se haya contado, porque no es algo que suceda a menudo. Más bien al contrario, las mujeres son retratadas como enemigas y luego tienen un gran conflicto y ni siquiera se trata de ellas sino, generalmente, a causa de un chico. Así es como se las define. Y esa no es la realidad que veo en la mayoría de las mujeres que tengo el privilegio de tener a mi alrededor. Veo que tienen hermandad. Y eso es algo que no tienen los hombres porque entre ellos es completamente diferente. Sí, lamentablemente así es.
Cambiando de tema, me gustaría que comentases algo sobre la luz. Me gusta mucho la forma en que se utiliza en la película. De hecho, el título internacional ya refleja este uso de la luz. Y no solo es luz natural, sino también artificial. Hay un paralelismo muy interesante entre lo que les sucede a los personajes y cómo la luz capta esto. ¿Cómo fue el trabajo con Sophia Olsson, tu directora de fotografía?
(Rúnar Rúnarsson) Llevo trabajando con mi directora de fotografía desde 2005. Fuimos juntos a la escuela y hemos estado trabajando juntos todo este tiempo. Así que todas las películas que he hecho desde entonces, cortometrajes y largometrajes, las hemos hecho juntos. Seguimos construyendo, poco a poco, sobre nuestras propias experiencias previas. Y, de muchas cosas, ya ni siquiera tenemos que hablar porque tenemos un pasado mutuo y hemos tomado muchas decisiones antes.
Sí, la luz juega diferentes papeles en esta película. Y algunas decisiones se toman dentro de una cierta escena o como un aspecto general para retratar algo, para que sean metáfora de algo. Luego ya es una cuestión de gusto. Y a los dos nos gusta la luz suave. E, incluso, cuando aplicamos luz artificial, se supone que representa una luz natural. Son colores que también están relacionados con la luz. Normalmente, la primera frase de una película es de un personaje principal, sin embargo, este personaje joven no está durante la mayor parte de la película. A pesar de ello, lo conocemos primero a contraluz, con una puesta de sol. La paleta de colores es de tonos pastel que van desde el amarillo hasta el ámbar, el anaranjado. Entonces, la luz, a lo largo de la película lo sustituye. Por lo tanto, aunque no esté físicamente en un lugar, cuando queremos tener una impresión de este personaje lo hacemos a través de la luz y los colores. Por ejemplo, en su dormitorio tiene ropa de cama de color naranja. Hay ventanas en la película que tienen una luz teñida de amarillo porque se supone que está presente ahí, a través de esa luz. Así que a veces usamos la luz y los colores para hacer que este joven esté presente, aunque no esté físicamente en la escena.
Otra cuestión que me vino a la mente cuando vi la película es que hay una escena en la que las caras de estas chicas protagonistas se juntan y forman una sola cara. Esto me hizo recordar a ‘Persona’ de Ingmar Bergman. ¿Es correcta esta referencia?
(RR) Bueno sí y no. Primero, porque esto no estaba escrito, sucedió cuando estábamos filmando. Hubo una prueba experimental, una escena de diálogo que se convirtió en esto. Y, bueno, mi esposa es artista visual y trabaja con fotografía, lo hace con película que ella misma revela y hace piezas de arte e instalaciones con esto. Ella había estado trabajando con exposiciones dobles de rostros y cuerpos. Entonces, cuando pensé en esta idea, originalmente, estaba pensando en la obra de arte de mi esposa. Pero también, por supuesto, he visto Persona e, inconscientemente, pudo ser una referencia. Sin embargo, para mí era más un homenaje a la obra de arte de mi mujer. Aunque luego, inconscientemente, tal vez su referencia o mi referencia pueda ser esta película de Bergman. Puede ser que Persona sea una referencia mutua para los dos, es inevitable porque es una película que tenemos presente en nuestro hogar también.
Me gustaría saber también, aunque pueda ser bastante obvio, por qué decides recurrir a tantos primeros planos y dorsales.
(Rúnar Rúnarsson) Bueno, es una cuestión de equilibrio. Todo es cuestión de equilibrio. Generalmente en la película no hay muchos cortes dentro de una escena, aunque a veces sí, y algunas escenas son una combinación de estos factores. Tratamos de construir a los personajes en la película y el viaje que hacen. Estamos siguiendo su viaje, el viaje de esta joven. Y tenemos que encontrar el equilibrio entre estar con ella y experimentar con ella y, luego, mantener ese equilibrio observándola. Pero tampoco queremos observarla demasiado desde la distancia, porque entonces perdemos el contacto con ella. Así que es un equilibrio entre estas dos cosas. Y, a veces, sí, una nuca también puede decir más que mil palabras. Es la ausencia de algo.
Ya para finalizar, ¿fue un rodaje complicado?
(RR) Sí, siempre hay complicaciones al rodar, pero también cosas que salieron extremadamente bien. Es decir, estas complicaciones fueron factores externos. Estuvimos enfermos y no pudimos rodar durante un tiempo. Sí, hubo cosas externas que complicaron el rodaje, sin embargo trabajar con un gran equipo y este gran grupo de actores fue genial. Los inconvenientes estuvieron relacionados con enfermedades o lugares a los que no se nos permitía ir a rodar, de repente, y algunos factores externos. Pero, a nivel creativo, fue siempre una alegría.