El arte como transformador social que visibiliza emergencias 

• Acerca de
• Últimas entradas

Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

Últimas entradas de Rosana G. Alonso (ver todo)

• Dying | FICX 2024 - 20 noviembre, 2024
• When the Light Breaks | FICX 2024 - 19 noviembre, 2024
• tú me abrasas / You Burn Me | FICX 2024 - 18 noviembre, 2024

Cerrando un ciclo sobre la crisis climática, el Círculo de Bellas Artes de Madrid conjuga una exposición colectiva que reúne obras que detectan las mayores amenazas de nuestro tiempo

Es la última exposición dedicada a la crisis climática. Bajo el título La mayor emergencia, el Círculo de Bellas Artes completa una línea de programación en torno a lo que se ha denominado Planeta C. Lo ratifica Valerio Rocco Lozano, director de la institución, que explica que “el lema de Planeta C deriva del famoso lema ecologista que manifiesta que no hay un planeta B. El planeta en el que vivimos es el único que conocemos, pero ello no impide que pueda existir un planeta C. Es el planeta de la Cultura, de la Crítica, de la Ciudadanía, del compromiso social y de tantos otros conceptos indispensables que abordan las emergencias con las que tenemos que lidiar”. Así, la muestra que ocupa la sala Minerva del Círculo, hasta enero del próximo año, subraya el papel del arte como agitador de nuestra existencia. A través de las obras de doce artistas “la cultura es un elemento movilizador de conciencias, y por tanto, transformador de la sociedad”, afirma Rocco Lozano.

Comisariada por el filósofo Santiago Zabala, surge a partir de una tesis estrictamente filosófica. Una tesis que el director del Círculo atribuye a Zabala y que es aquella que expone que la mayor emergencia es la falta del sentido de emergencia. Es una tesis que, el profesor de investigación ICREA de Filosofía en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, ha ido desarrollando a partir de varias publicaciones, entre las que destaca el libro Why Only Art Can Save Us: Aesthetics and the Absence of Emergency. Adscrito a una corriente heideggeriana, Zabala aclara que el “mayor problema es que algunas de las emergencias que tenemos no las afrontamos de ninguna forma”. Y todo, a pesar de que existen datos que corroboran la existencia de peligros inminentes a los que, en algún momento, vamos a tener que hacer frente. Para ello, pone el ejemplo del coronavirus. Fue durante muchos años una gran emergencia ausente, ya que sociólogos, científicos y organizaciones internacionales llevaban décadas advirtiendo de la amenaza de una gripe pandémica que, finalmente, se convirtió en emergencia. Zabala, al respecto, puntualiza que, para empeorar las cosas, además, en seguida se nos instó a que volviésemos a la normalidad. “Justamente lo que pasa es que no había que volver a la normalidad”, expresa contundente. “Volvimos a la normalidad y la probabilidad de que exista una nueva pandemia es muy alta de nuevo”, advierte.

Ante estas emergencias lo que hace el Arte es “rescatarnos en las emergencias”, apunta Zabala. “Yo no soy un historiador del arte, ni un comisario, soy un filósofo, o al menos intento serlo, y los filósofos nos ocupamos, en general, de rebelar dónde ocurre un acontecimiento, dónde ocurre la verdad”, expone. Y en este sentido, el arte a menudo funciona mejor que la ciencia y los tratados filosóficos como forma de revelar emergencias porque “la relación que tenemos con la verdad es más una cuestión emocional”, dilucida el comisario de esta muestra que presenta obras de artistas como Diane Burko, Beverly Fishman, Julia Galán, Avelino Sala o Pekka Niittyvirta, entre otros que exigen la intervención pública en emergencias globales. Ya sean el cambio climático, la creciente desigualdad, la violencia de género o cualquier otro asunto que haya sido ocultado por la retórica del poder. De esta forma, lo ausente se hace visible o, como define Hannah Arendt, de lo que se trata es de intentar leer lo invisible. La exposición lo que busca es, en resumidas cuentas, “hacer emerger estas emergencias ausentes para rescatarnos, para salvarnos de otras mayores”, sentencia Zabala.