Mermaid Chunky. Danzas profanas 

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Yolanda G. Alonso

Coordinadora editorial de SFF. Apasionada de las artes en todas sus expresiones y siempre liberando espacio para mantener la mente libre

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Como un par de amigas jugando, Freya Tate y Moina Moin, bajo el nombre de Mermaid Chunky, crean música con todo tipo de artefactos y diseñan coloridos atuendos como con los que sorprenden en su álbum debut ‘slif slaf slof’

Mermaid Chunky suenan a tenor de lo que anticipan su creativo atuendo y puesta en escena que nos trae a la memoria a Björk o los diseños de Christian Joy para Karen O. Este dúo de artistas londinenses, compuesto por Freya Tate y Moina Moin, están revolucionando la escena musical con sus eclécticas creaciones sonoras. Su esperado álbum debut slif slaf slof, que verá la luz el 13 de septiembre a través de DFA Records, ya está suscitando entusiasmo con algunos temas adelanto. Hasta el momento, han avanzado dos, pero han conseguido despertar nuestro apetito. Nos dejan con ganas de completar el banquete y coronar la fiesta hasta llegar al clímax. Habrá que esperar el final del verano para celebrar el ritual por todo lo alto. Estos trabajos parecen encaminarse hacia sonidos más célticos y experimentales que nos preparan para momentos catárticos.

Fue en el 2020 cuando Mermaid Chunky sorprendieron con Vest, su primer LP. publicado en formato vinilo de edición limitada. Aquí ya apostaban por una original mezcla de sonidos y voces que sorprendía por su frescura. Como si se tratara de temas improvisados en una reunión con amigos, presentaron seis canciones que fusionaban géneros e invitaban a la diversión y el baile. A Destacar Gemini Girls, trabajo que cuenta con un gracioso video performático que incita a moverse imitando los pasos de las protagonistas en pantalla. Estos cuatro años de intervalo, entre este disco y su primer largo duración, les han servido a Tate y Moina para consolidar su propuesta aportando una mayor riqueza de detalles. Lo constatan los lanzamientos, hasta el momento, en los que sientan las bases de un estilo ecléctico que combina tradición y vanguardia, luz y oscuridad, melodía y sonidos más graves.

Una armoniosa composición de flauta dulce abre Céilí, la canción que arranca el álbum y el primer sencillo publicado en el mes de mayo. Acompasadamente, este tema que lleva el nombre de un encuentro social y danza tradicional escocesa o irlandesa, va creciendo en intensidad con la incorporación de sonidos sintéticos. Seguidamente, la introducción de voces apunta hacia cánticos ancestrales. El conjunto convoca a una danza esotérica alrededor del fuego. Como música mántrica contaminada por sintetizadores, este collage étnico de invocación y catarsis culmina bajando nuevamente el ritmo para recuperar la consciencia. Por su parte, el segundo de los trabajos disponibles, Chaperone, suena más electrónico. Las voces de ultratumba parecen querer invitarnos a una ceremonia de psicodelia fúnebre. Pero hacia la mitad, la canción da un giro haciéndose más bailable. Entre tanto, guiados por los mensajes en zapping, nos dejamos arrastrar a un abismo infinito de ingenio.