Enmarcada en el programa conmemorativo del centenario del nacimiento de Antoni Tàpies la exposición de Chiharu Shiota, en la Fundación catalana, traza un itinerario poético entre la vida y la muerte que conecta con la obra de Tàpies
La memoria, el trauma y la incertidumbre son tres grandes pilares que guían la obra de Chiharu Shiota (Osaka, 1972). Estas tres inquietudes, que comparte con toda la humanidad, dan lugar a instalaciones compuestas de hilos rojos que cubren todo a su paso. Así, la reivindicación individual abraza la colectiva. Es el caso de las instalaciones que incluye la exposición Cada quien, un universo en la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona. Aquí Shiota conecta con la obra del artista catalán subrayando los paralelismos entre ambos universos creativos. Los dos comparten la capacidad de aprovechar su trabajo para preguntarse sobre la condición humana. Además, su interés por los misterios de la vida y la muerte da lugar a sinergias que involucran también su vida personal. Por tanto, no es de extrañar que la fundación contara con la artista japonesa en las celebraciones que conmemoran el centenario del nacimiento de Antoni Tàpies.
Esta muestra, que recoge los principios artísticos de Chiharu Shiota, sumerge al espectador en un recorrido inmersivo que explora la arquitectura del museo. Conjuntamente, en este diálogo con la institución también queda patente un lado más simbólico que remite al sentido de la existencia. Entonces, la muerte, un aspecto frecuente en la obra de la japonesa, se entremezcla con la vida generando un intercambio entre presencia y ausencia. Al respecto, Imma Prieto, directora del centro cultural y comisaria de este proyecto, señala que “con esta exposición profundizamos en uno de los binomios más relevantes para el ser humano, la dicotomía vida-muerte o eros-thanatos, algo esencial para acercarnos a su trabajo, pero también al de Antoni Tàpies. Subrayamos, al mismo tiempo, que es una de las cuestiones ontológicas por excelencia para abrir este espacio de reflexión a partir de la importancia que adquiere la memoria en nuestra vida”.
La muerte y el sufrimiento en Chiharu Shiota y Antoni Tàpies
Cuando en 2005 Chiharu Shiota fue diagnosticada con cáncer y se enfrentó a la posibilidad de morir nació en ella la necesidad de profundizar en la pervivencia tras la muerte. “Llegué a la conclusión que vivir y morir pertenecen, en realidad, a la misma dimensión”, escribía la artista en 2019. “Quizá la muerte no sea un retorno a la nada sino, más bien, una cuestión de integrarnos, más allá de la extinción de la vida, en la muerte, en una fusión, en algo más amplio que nosotros. Así es como empecé a incorporar la muerte a mi obra. La muerte no como final, sino como algo equivalente a la vida”. La muerte también es un tema recurrente en la obra de Antoni Tàpies. Igualmente, este sufrió una grave enfermedad que influyó en su trayectoria vital y artística.
Al mismo tiempo, otro elemento compartido y repetido en la obra de Tàpies y Shiota son los muros. Es el concepto de muro como frontera, como limitación o como testimonio de tiempos pasados. Tàpies manifiesta en sus textos que mientras permanecía prostrado en cama el drama que sufrían los adultos y las crueles fantasías de su joven edad se dibujaban y parecían inscribirse en los muros que le rodeaban. Mientras, Shiota afirma que el hecho de estar vivo implica tener que soportar el sufrimiento. Un sufrimiento que, según expresa la artista en el texto escrito con motivo de esta muestra, forma parte de nuestra existencia. En esto también coincide con Tàpies que reflexionó mucho sobre los motivos por los que una vida sin sufrimiento no es posible.
Los objetos como transmisores de recuerdos
A pesar de que el sufrimiento es intrínseco a la vida, Chiharu Shiota intenta superarlo transformándolo en algo nuevo que compartir con el mundo. De aquí surgen sus instalaciones que encuentran en los objetos una forma de transmitir los recuerdos convirtiéndose en rastros tangibles de la memoria. Estas piezas, impregnadas de la huella de la vida humana, son los símbolos de nuestra existencia terrenal. Con ello, lo material e inmaterial se acopla en un universo paralelo que favorece la evasión. A su vez, los objetos atrapados en una maraña de hilos rojos, que representa el micro-universo formado por sangre y vasos sanguíneos que circula por nuestros cuerpos, hacen referencia a la fragilidad de la vida. De esta manera, Shiota nos recuerda la importancia de rememorar y honrar nuestro pasado.
Son objetos cotidianos como las cuarenta y tres sillas, rescatadas de mercados, que encontramos en la instalación producida por la artista para la Fundación Tàpies. El conjunto transforma el lugar en un paisaje evocador que atesora recuerdos que advierten de lo efímero de la existencia. Recuerdos individuales y colectivos que conforman nuestra identidad y también nuestra percepción del mundo. Es por ello que el espectador activa la instalación dejando aflorar sus recuerdos. Como apunta Prieto en el texto curatorial de la muestra, la obra de Chiharu Shiota “transciende las fronteras del tiempo y el espacio, invitándonos a explorar los misterios y lo desconocido de nuestra psique”. Con estas suposiciones, Shiota nos insta a indagar en quiénes somos y de dónde venimos evidenciando la sensación de presencia en la ausencia.
DATOS DE INTERÉS DE LA EXPOSICIÓN
Título: Cada quien, un universoArtista: Chiharu Shiota
Comisariado: Imma Prieto
Lugar: Fundació Antoni Tàpies, Barcelona
Fechas: hasta el 23 de junio de 2024
Horarios y tarifas: consultar
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