Rosana G. Alonso
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El cine alegre e irreverente de ‘Gagaland’, de la china Teng Yuhan, propone un visionado frenético que capta la energía del baile GaGa liderado por el activista Gu Dong Lin, más conocido como RedHair

Gagaland | Película | IFFR 2023 | StyleFeelFree. SFF magazine
Imagen de la película Gagaland | StyleFeelFree. SFF magazine

Psicodélica y desenfrenada Gagaland ofrece un visionado frenético que condensa bien la épica de la urbanidad en la era virtual. Dirigida por Teng Yuhan, una joven cineasta china que parece estar muy familiarizada con el arte audiovisual asiático que están haciendo creadores como Li Yi-Fan o Lu Yang, su propuesta, a competición en el IFFR, es una de las más llamativas porque rompe con un enfoque de cine de autor más pausado y, aparentemente, también más reflexivo. Sin embargo, el estrepitoso arranque de este filme propone un viaje que, inevitablemente, atraviesa todas las crisis identitarias que tienen que ver con nuestro presente digital. Como si fuera una exhortación a hacer para escapar del tedio de la rutina, Yuhan plantea una historia muy sencilla envuelta en un efectista entorno lúdico, colorista y rítmico. Una biosfera en la que la noción de realidad está siempre cuestionada, perdida en el hallazgo en red.

El baile es el punto de partida. A través de él se articula una vertiginosa película que podría estar a medio camino entre el cine de Tsai Ming-liang y Wong Kar-wai si no fuera porque para Yuhan lo más importante, a primera vista, es el lienzo que pinta más que el argumento que traza. Su cine alegre e irreverente combina caleidoscópicas pantallas divididas, estética de videojuego y elementos de la cultura popular. Todo ello recreando adictivas escenas de alto voltaje. Incluso más salvajes y atrevidas que el baile al que rinde homenaje. Es el Baile GaGa encabezado por RedHair (Gu Dong Lin), un hombre de espíritu libre, y un tanto excéntrico. Alguien que, salvo que estemos muy familiarizados con los entresijos de las subculturas del baile contemporáneo que se distribuye por TikTok, no sabemos muy bien hasta el final si es un personaje creado para la ficción o un influencer real.

Gagaland es un ejercicio de docuficción inspirado en la libertad y el delirio del baile GaGa. Así lo anuncian los créditos finales que también explican que el equipo de la película viajó hasta Zhenzhou para contactar con el Rey del GaGa, apodado RedHair, quien murió, en la primavera de 2021, involucrado hasta el final en este movimiento ideado por él. A partir de aquí el relato ficcional de chico se enamora de chica no hace sino salpimentar un argumento que anticipa subtextos más interesantes que los que deja ver su volátil envoltorio. Está la idea de comunidad y amistad generada a través de los vínculos que promueve el baile. Y está la reflexión sobre los espacios digitales ficticios en los que nos movemos. En ellos nos comportamos como autómatas ansiosos de un poco de popularidad que se traduce en nuevos seguidores y multitud de likes para alimentar nuestros egos vacíos.