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Paolo Genovese en ‘Una historia de amor italiana’ cuenta una historia lacrimógena sobre almas gemelas en la que el tiempo y el cambio son los principales adversarios
El paso del tiempo resulta terrorífico para la mayoría. Frente a la incertidumbre, nos refugiamos en la ilusión sobre la eternidad. Más aún, cuando se habla de amor, como ocurre en el nuevo drama romántico de Paolo Genovese, Una historia de amor italiana. En ella, seguimos a una pareja de protagonistas, Anna y Marco, en su lucha diaria por mantener inmortal su amor. Y es que, desde que se vieron por primera vez, supieron que su relación iba a ser distinta al resto puesto que esta vez era cosa del destino. Fue un día lluvioso cuando, por casualidad, se encontraron usando el mismo arco como refugio del agua. A partir de ahí, jamás consiguieron apartarse del pensamiento del otro. No obstante, el paso de los años ha comenzado a destacar las diferencias y, tal vez, ahora necesitan superpoderes para poder mantener intacta la pareja.
Su historia personifica la esencia de ese antiguo dicho que asegura que los polos opuestos son los que se atraen. De hecho, Anna es la típica chica de artes, alocada, impulsiva, pero sobre todo, emocional. Contrariamente, Marco es el prototipo de hombre científico, que se atañe a hechos y cálculos como forma de vida. Estas personalidades parecen congelarse a lo largo de la película, aunque su estructura plantee un vaivén entre el pasado y la actualidad. La trama y estructura bebe mucho de películas como El diario de Noa, en la que seguimos la pareja en toda su madurez. Sin embargo, en este caso, el cambio acaba dependiendo de lo superficial, remarcando los tiempos a través de la colorimetría o la apariencia de los protagonistas. Así, el presente se remarca con tonos fríos, y el pasado con tonos cálidos que actúan como motor afectivo.
No obstante, la principal guía temporal es el cómic de Anna, que protagoniza también la pareja. Dentro de esta metaficción son superhéroes que luchan por mantener viva la relación que tanto esfuerzo les ha costado, abriendo un capítulo nuevo con cada número publicado. De tal forma, la acción se transmite a través de estas pequeñas misiones cotidianas a las que se enfrentan Anna y Marco. Lo hacen para demostrar que son almas gemelas y su historia seguirá, dejando al aire la duda de si conseguirán o no su misión vital. Durar pese a todo y frente a todo. Aunque, en la realidad, no hay por qué hacer esfuerzos sobrehumanos por permanecer con alguien. Tenemos límites y no se puede tolerar cualquier comportamiento. Al contrario, hay algunas historias que sí tienen finales. Por suerte o por desgracia. Y no por ello son menos válidas que aquellas que perduran intactas.