Los tiempos que habitamos en la colección Sandretto Re Rebaudengo 

La exposición ‘Extraño’ instala en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo una selección de obras pertenecientes a la Fundación Sandretto Re Rebaudengo para hablar de los tiempos que habitamos

El sentido de extrañeza ante el devenir del mundo es el marco de pensamiento y experimentación de Extraño. Bajo este título se reúne en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo obras de treinta artistas internacionales. Producciones artísticas mayoritariamente firmadas por mujeres y pertenecientes a la Fundación Sandretto Re Rebaudengo que muestran una gran diversidad de piezas y formatos. Esta exposición forma parte de un proyecto organizado junto al Museo Patio Herreriano cuyo objetivo es dar a conocer la colección Sandretto Re Rebaudengo. Se suma a esto la celebración de los treinta años de coleccionismo de esta institución, con sede en Turín, fundada por Patrizia Sandretto. Esta colección constituye una de las más importantes de Europa centrada en el arte de las últimas décadas. De este modo, encontramos en Extraño obras de artistas como Paul McCarthy, Mona Hatoum, Rosemarie Trockel, Hans-Peter Feldmann o Berlinde De Bruyckere.

Ocupando el Claustrón Norte y la Zona Monumental del Centro Andaluz este recorrido colectivo de arte contemporáneo habla de los tiempos que habitamos. Lo hace como lenguaje fuera de lo común que es el arte. A su vez, juega con lo desconocido y con lo que no nos resulta familiar, permitiendo al espectador que aquello que intuye encuentre una vía de materialización. Así, acontecimientos recientes como la pandemia y la guerra de Ucrania que han contagiado una sensación de extrañamiento colectivo hallan una forma de expansión. En consecuencia, este itinerario desarrolla y encadena distintas ideas. Conceptos que se desprenden de las diferentes acepciones que pueden encontrarse en palabras como extraño, extraordinario, extravagante, excéntrico, exótico, extranjero. Todas ellas desafían al que mira a mirar más allá de lo que ve.

Entre lo real y lo ficticio

Entre el amplio abanico de obras que acoge el CAAC en esta muestra podemos distinguir una pintura de siluetas extrañas. Aquí, lo grotesco domina un mundo inquietante y aterrador. Así, percibimos la pintura Nocturn or The Sleep of Reason (Nocturno o El sueño de la razón) de Jakub Julian Ziółkowski. En ella apreciamos referencias a Los Caprichos de Goya. Al mismo tiempo, en las esculturas de Giulia Cenci ancladas a las paredes lo inanimado muta en animado. El espacio teñido de color gris antracita es ocupado por figuras a las que la artista parece dar vida. De manera similar, la instalación del norteamericano Paul McCarthy da paso a un entorno habitable decorado con un tradicional papel pintado. No obstante, la habitación se transforma sin cesar tan pronto como el espectador entra. Con esta obra McCarthy hace referencia a los miedos, obsesiones y conflictos que enfrentan al hombre.

Con la escultura como vía de expresión Bojan Šarčević da vida a imágenes impregnadas de tiempo y a lugares habitados por inquietantes fantasmas. Las tres piezas que se recogen del artista serbio están realizadas en latón, alambra y grafito por lo que su fragilidad extrema crea la sensación de una presencia liviana. Por otro lado, en Senza titolo, de Roberto Cuoghi, también descubrimos perturbadoras figuras. El artista italiano parte del autorretrato para plantear un proceso de alteración y multiplicación de la identidad del artista. Como resultado sostiene un trabajo que representa todos los aspectos del mundo actual que pueden influir en nuestra perspectiva de la realidad. Otro de los trabajos que juega con nuestras percepciones es el de Charles Ray. En este caso se trata de una instalación con tinta negra que provoca la sensación de inseguridad por el miedo a mancharse de tinta.

Ausencias y realidades invisibles

Sobre las ausencias tratan obras como La femme sans tête (la mujer sin cabeza) de Berlinde De Bruyckere. Las esculturas de esta artista investigan temas como el cuerpo que sufre, el dolor y la memoria. Otra ausencia la observamos en la fotografía en blanco y negro de Trisha Donnelly. En ella, una mano ataviada con un elegante guante de piel sujeta el otro guante, vacío. La imagen sugiere una conexión interrumpida con la mano ausente, que parece haber salido momentáneamente del encuadre. Por su parte, la obra de la artista Mona Hatoum recuerda un busto decorado con un collar. Si lo miramos de cerca advertimos que lo que parece un valioso objeto ha sido creado con cabello humano.

Una de las piezas más impactantes en esta presentación es la descomunal obra de la artista rumana Andra Ursuta situada dentro de una gran jaula. La instalación se compone de una máquina de lanzar bolas de béisbol que las disparan a gran velocidad contra una pared creando un ruido impactante. Titulada Stoner (Lapidadora) alude a la tortura y el desprecio. También de la misma autora encontramos Doppel Chain Ganger (Prisionero de grilletes dobles). En contraste con el primer trabajo de Ursuta percibimos una imagen como radiografía de un cuerpo esclavizado. Otro ejemplo de realidades imperceptibles, en ocasiones, es el trabajo de la alemana Rosemarie Trockel. Sus dibujos en carboncillo tratan sobre la situación de la mujer en una sociedad que sigue estando constreñida por prejuicios arraigados.

Críticas institucionales

Entre todas las creaciones expuestas, las cuatro fotografías de la artista Louise Lawler se enmarcan en la tradición de la crítica institucional. Las imágenes reproducen la escultura de mármol del Gálata moribundo exhibida en la sala de un museo. Asimismo, encontramos algunas esculturas de la también norteamericana Liz Glynn. Pertenecientes a la serie Surrogate Objects for the Metropolitan (Objetos de sustitución para el Metropolitan) son réplicas de piezas antiguas que el Metropolitan Museum de Nueva York devolvió a Italia entre 2006 y 2010. Estas esculturas, realizadas en materiales pobres, se exhiben sobre pedestales, como en los museos antiguos. Del mismo modo, las esculturas expuestas de Iman Issa son reinterpretaciones contemporáneas de artefactos históricos.

En este caso, a través del medio audiovisual, Marine Hugonnier denuncia cuestiones como el saqueo de los recursos naturales. Igualmente, Sebastián Díaz Morales refleja, en Lucharemos hasta anular la ley, los disturbios sociales que estallaron en Argentina tras el colapso económico de 2001. Simultáneamente, la obra de Hans-Peter Feldmann cuestiona la realidad y su representación en los medios de comunicación. Para su obra 9/12 frontpage el alemán utiliza 114 portadas de periódicos de todo el mundo que se publicaron el 12 de septiembre de 2001. Esta fecha coincide con el día siguiente al del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York. Por ello, es una obra que invita a los espectadores a buscar semejanzas y diferencias en los tratamientos elegidos en los distintos medios.

Lo extraño del otro

Este amplio recorrido sobre la extrañeza no podía finalizar sin buscar este concepto en el retrato. Así, localizamos algunas pinturas de Lynette Yiadom-Boakye. Estos cuadros de la artista británica presentan a hombres y mujeres a los que capta combinando recuerdos personales, imágenes, bocetos y dibujos. La decisión de retratar exclusivamente a personas de raza negra desafía las normas aceptadas de la retratística occidental. En este mismo contexto Catherine Opie utiliza el medio fotográfico para explorar y analizar la identidad de sus sujetos. La autora elige como protagonistas de sus retratos tanto a los miembros de la comunidad homosexual a la que pertenece, como paisajes naturales y urbanos.

Mientras tanto, Elizabeth Peyton combina la tradición del retrato con imágenes extraídas de revistas con las que crea obras como la acuarela aquí expuesta, Marcello. La artista retrata a personajes conocidos del mundo artístico tanto del presente como del pasado. A su vez, el recorrido lo cierra una obra de Jill Mulleady. Las pinturas de esta creadora uruguaya muestran escenas vagamente surrealistas con personajes perdidos. Extraños personajes en un estado de inconsciencia inducido por las drogas, rodeados de objetos siniestros o en atmósferas impregnadas de tensión. En conjunto, estas y otras obras de arte contemporáneo de la colección Sandretto Re Rebaudengo dibujan un amplio mapa de realidades extrañas.
 

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