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Desmarcándose del tono infantil del anime original, Junichi Sato y Haruka Kamatari consiguen que ‘Buscando a la mágica Doremi’ sea una obra madura y realista sobre el paso a la edad adulta
“Pirika pirilala popurina peperuto”, Doremi, la joven aprendiz de bruja de moños rojos, ha vuelto. Lo ha hecho, no obstante, sin pronunciar estas palabras mágicas. En su lugar, regresa con una pregunta para sus amigas. “¿Qué queréis ser de mayores?”, esa es la interrogación con la que arranca Buscando a la mágica Doremi, dirigida por Junichi Sato y Haruka Kamatari. Una cinta que recupera parte del universo de la popular serie de animación de los 2000 con motivo del vigésimo aniversario de su estreno. Sin embargo, la película se desmarca completamente de la ficción original. El tono, los personajes e, incluso, el estilo visual ya no son los mismos. Por ello, no es estrictamente necesario haber visto el anime para poder disfrutar de esta adaptación.
En cierto sentido, el filme, lejos de tratar de atraer a una nueva demografía a su audiencia, simplemente busca reencontrarse con su antiguo público objetivo. Un público que ha crecido, madurado y anda ahora, muy probablemente, en la veintena. Los creadores parecen ser conscientes de ello y han actuado en consecuencia. Frente al carácter infantil del original, estamos ante una película adulta. En ella, la magia y los conjuros han cedido espacio al realismo. Sin alejarse del género de aventuras, la cinta consigue configurarse como un coming of age rabiosamente millennial.
En la misma línea, las protagonistas han pasado de ser un grupo de niñas de primaria a tres mujeres de 19, 22 y 27 años. Un trío de jóvenes que, de primeras, poco parecen tener en común más allá del hecho de haberse criado viendo La mágica Do-Re-Mi. Sin embargo, todas se encuentran perdidas en la vida. Así, las chicas van tejiendo una red de cuidados y afectos mientras se debaten entre seguir sus ideales o dejar que se imponga la realidad. Es ahí, cuando se ven en esta encrucijada, que inevitablemente se retrotraen y piensan “cuando era pequeña, ¿qué quería ser de mayor?”.
Desde su propia concepción, Buscando a la mágica Doremi es una película profundamente nostálgica que apela a nuestro niño interior. Con añoranza y recuperando una serie icónica para muchos jóvenes de los 90, nos habla de la pérdida de la inocencia. Un proceso que, si bien ineludible para madurar, es también un tanto agrio. Lo aborda, además, recogiendo el sentimiento de desilusión que caracteriza a una generación que creyó que podría volar, pero parece haberse quedado sin magia.