Joseph Beuys en contexto en el Museo Helga de Alvear 

El Museo Helga de Alvear de Cáceres propone un encuentro con el artista alemán Joseph Beuys para conmemorar el centenario de su nacimiento

A lo largo de su carrera, Joseph Beuys (Krefeld, 1921 – Düsseldorf, 1986) fue chamán, nómada, líder, espiritualista, político y hombre de acción, entre otras facetas. En su caso, no hubo fronteras entre su producción artística y su pensamiento. Tratándose de un artista preocupado por los problemas de su tiempo y la naturaleza, ha sido, además, un pionero en la lucha por el medio ambiente. Sin embargo, por lo que más se le recuerda es por sus extraordinarias cualidades plásticas. Con ellas, elaboró algunas de las metáforas más bellas de su época. Su obra se rememora ahora en el centenario de su nacimiento con la exposición Joseph Beuys: Antecedentes, coincidencias e influencias que presenta el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear (Cáceres). Lo que propone el centro de arte es una selección de obras de Beuys que dialogan con otros artistas de su círculo que participaron en su desarrollo intelectual.

La exposición se centra en tres aspectos fundamentales de la figura de Beuys tratando de dibujar la figura de uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Como explica José María Viñuela, comisario de la muestra, el propio título de abarca los tres aspectos destacados en su trayectoria. Esto es “el periodo de formación y de las primeras prácticas artísticas, el largo tiempo dedicado a la docencia y, por último, sus numerosos discípulos, que se convirtieron en una generación de artistas que marcaron el rumbo de la creación artística alemana e internacional de la segunda mitad del siglo XX”.

El primero de los apartados, Antecedentes, se ilustra en las salas con la proyección de dos documentales que invitan a explorar en profundidad los capítulos más relevantes de su pensamiento y biografía. Así, con los documentales Muestra tu herida, arte y espiritualidad (Rüdiger Sünner, 2015), cuyo título hace referencia a la performance de 1980, y Todo hombre es un artista (Werner Krüger, 1979), se presentan factores clave para aproximarnos a la esencia de su producción. A estos materiales audiovisuales se unen otros menciones en formato fotográfico de personas que fueron decisivas en su trayectoria vital. Tal es el caso del filósofo Rudolf Steiner o su maestro escultor Ewald Mataré. Asimismo, se da cita el performance I like America and America Likes Me (1974) con la que Beuys se presentó en Estados Unidos. Esta da cuenta de un capítulo decisivo de su producción y recepción en el contexto artístico internacional.

Joseph Beuys a través de los otros

Siguiendo el recorrido, en Coincidencias se revelan conexiones y anécdotas con artistas de la escena de Düsseldorf, con figuras vinculadas al movimiento Fluxus, su vinculación al arte povera o las amistades y enemistades que generó su controvertida figura. En las salas, obras de artistas contemporáneos con evidentes conexiones con Beuys como Marcel Broodthaers, Nam June Paik o Klaus Rinke ofrecen perspectivas otras sobre la influencia del artista. A su lado o enfrentados a él, alumnos o compañeros, amigos o enemigos, todos contribuyeron a construir la figura del artista con distintas obras. De entre estas, destaca la amplia selección de fotografías de Werner Krüger, colega y amigo del artista que viene a ejemplificar el diverso espectro de sus relaciones con otros agentes artísticos.

Finalizando este trayecto, la exposición dilucida la relación maestro-discípulo con piezas de Imi Knoebel, Lothar Baumgarten, Gerhard Richter o Katharina Sieverding, entre otros. Son artistas con los que compartió aula y puntos de vista y que están representados en la Colección Helga de Alvear. Sobre la dinámica de estas relaciones Joseph Beuys afirmaría que “podían aprender todo lo que quisieran de mí pero no podían aprender nada de forma global, sino cada uno aquello que de forma natural llevaba consigo”.

Recuperando el legado del maestro y de sus discípulos más destacados, el museo ha dispuesto en su hall de entrada la pintura mural a partir de Skizze für Wandmalerei (Proycecto para una pared, 1970). Es una obra que fue creada por Blinky Palermo como proyecto y que forma parte de la Colección Helga de Alvear. El propio Beuys explicaba a propósito de la metodogía de Palermo que “en un contexto acotado establecía un orden activándolo”. Por lo demás, también hablaba de su obra explicando que disponía de “algunos elementos como estructuras y volúmenes situándolos en un espacio que concibe para hacernos sentir cómo es un mundo realizado a partir del arte”.

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