The Bots. Hacia la claridad 

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El dúo musical de Los Ángeles The Bots dialogan con su pasada mirada adolescente en su nuevo LP ‘2 Seater’

Desde que eran un par de chavales, el panorama del rock alternativo norteamericano ha acogido a los hermanos Mikaiah Lei y Anaiah Lei. Ahora, con ambos rozando los treinta y tras siete años desde su último LP, han decidido que ha llegado su momento de volver. El retorno de The Bots se llama 2 Seater (Big Indie), un lanzamiento que puede etiquetarse como “álbum de madurez” en un sentido casi literal. Las letras que Mikaiah compuso durante su transición a la veintena han dejado así de acumular polvo para convertirse en este decálogo de nuevas canciones. Un ejercicio de retrospección con el que el dúo se dirige a sus yoes del pasado, buscando las palabras adecuadas para apaciguar sus ansiedades adolescentes.

5ft Friendly abre con un riff de rock alternativo dosmilero para romper el hielo, sin miedo a mantener ese estilo hasta acabar la pista. De ahí esa poderosa amalgama de bajo, distorsión y sintes en el puente que recuerda a los mejores años de los británicos Muse. No conformes con la cantidad de protagonismo de los instrumentos antes citados, 2U irrumpe como réplica del terremoto que introduce el álbum. Un segundo tema —pop, pero con todo el calibre del punk— que amenaza con reventar los bajos del bafle cada vez que llega al estribillo. No es hasta Girl Problems, el siguiente corte, que se vuelve totalmente evidente que estos The Bots no son los mismos que eran en 2014. A pesar de todo, cabe decir que Pink Palms (FADER), publicado ese mismo año, no ha envejecido nada mal.

Llegados a este punto, sobra decir que 2 Seater ha marcado un punto de inflexión en la trayectoria del dúo. En cuanto a la manera en la que ambos músicos dan forma a cada tema, la voz empieza a jugar un papel relevante. Dejando a parte lo distintas que son a nivel sonoro, Easy Said y Looking Back son probablemente los mayores ejemplos de ello. El salto de un tema indie veraniego a algo que podría ser una versión en acústico de The Smiths es sin duda memorable. Por otra parte, DYKMN (Sound the Same) está repleta de punteos y elementos que suenan mucho más orgánicos. Así, entre estrofa y estrofa, aprovechan para ir construyendo una atmósfera más luminosa sin perder su gancho inicial.

Scatter Brains parece una fusión de todo lo que suena en la primera mitad del álbum, sellando con suma precisión la cara A. En cualquier caso, el grupo opta por una cadencia desperdigada y un ritmo nada constante. Un minuto antes de terminar, provocan que la canción se derrumbe solo para hacerla renacer de sus escombros a golpe de cuerdas, caja y platillos. Si bien puede parecer que este final marca la retirada de la artillería pesada, no es así. Antes del golpe de gracia servido en Tattle Tell, escuchamos a unos Bots tan ruidosos como ansiosos por experimentar en See It y Thinkin’ Room.