En su sexto álbum, Laura Stevenson, se expone como la cronista de su propio dolor, haciendo de cada canción un relato bello y visceral

Laura Stevenson | StyleFeelFree
Portada del álbum ALBUM de GRUPO | StyleFeelFree

Como cantautora, Laura Stevenson (Nueva York, 1984) lleva una década demostrando que la música es el medio ideal para canalizar las propias emociones. Desde sus inicios en el folk punk como tecladista de Bomb The Music Industry!, la artista siempre ha entendido que hacer canciones significa contar historias. Su sexta entrega en solitario, lanzada el pasado viernes con Don Giovanni Records, tiene como título su propio nombre. Y no podría ser de otra manera, cuando se trata de un álbum tan intenso y personal. La autoconfesionalidad de sus letras se cubre de un manto acústico, realzando los matices, tanto dulces como amargos, del disco. Grabado durante una profunda crisis personal, éste no es un grito desesperado de ayuda, sino una sutil narración poética de un momento de duelo.

Stevenson abre con una primera estrofa en la que la calma y la tensión se baten en duelo, señalando el comienzo del álbum. Lo hace con State, pasando del “I stay polite” al “I become rage”, dos estados de ánimo opuestos que canta con la misma quietud. El tempo baja ligeramente en Don’t Think About Me, sin aún así perder fuerza gracias a la percusión que entra en el momento perfecto. Sucede lo mismo con los solos de guitarra de Continental Divide, otro tema que contrasta con el resto de los de la cara A. La artista alterna así cortes indie rock con baladas más ligeras, géneros que hace suyos con suma naturalidad.

Independientemente del estilo, cada canción conecta con la anterior a través de la lírica. Laura se proclama la protagonista de cada historia que cuenta el LP, nombrándose en primera persona o preguntándose a sí misma arrepentida. “Was I ungrateful? / I was, I was, I was, I was”, rezan los últimos versos de Sky Blue, Bad News. Además de ella, la sombra desconocida de alguien más aparece una y otra vez, únicamente en forma del interlocutor al que la cantautora se dirige. Se proyectan así escenas desazonadoras de pérdida e impotencia que concilian su tormento y que elevan su estado de catarsis a algo cálido y universal.

En lo instrumental, la guinda sobre el pastel la coloca el genial Jeff Rosenstock, compañero músico de Laura al que escuchamos a las seis cuerdas. En 2019 ambos lanzaron Still Young, un EP homenaje a Neil Young del que uno no puede evitar acordarse escuchando esta entrega. Fue junto a él que formó una de las primeras bandas en las que participó, la antes mencionada Bomb The Music Industry!. Y aunque el carácter musical de ambos ha tomado direcciones distintas desde entonces, todo acaba remitiendo a su sinceridad compartida a la hora de componer. Quizá sea por eso que quien ha descubierto a Laura Stevenson a raíz de esa escena del punk acústico y desenfadado se ha terminado quedando. Cantar sobre los peores momentos de la vida, sin caer en la autocompasión, le permite a uno mismo avanzar y puede ayudar a otros. No hay nada más importante.
 


 

DATOS DE INTERÉS
Nombre de artista o grupo musical: Laura Stevenson
Título del álbum, ep, single: Laura Stevenson
Sello: Don Giovanni Records
Producción: John Agnello
Portada: Kaitlin Van Pelt
Fecha de lanzamiento: 6 de agosto de 2021