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‘Sendero al infierno’ , la nueva película de Mike P. Nelson, vuelca drama y terror sobre una protagonista que necesita tomar decisiones rápidas para sobrevivir
Mike P. Nelson dirige Wrong Turn: Sendero al infierno, el reboot de Rob Schimdt estrenada en 2003. Además, el nuevo director toma la decisión de escoger al mismo guionista para, diecisiete años después, reescribir la misma película. Alan B. McElroy edita el guion largometraje de Wrong turn y aporta cierto toque original a algunas escenas, aunque mantiene la misma estructura, con un mismo tema. «Decide qué quieres ser en la vida», sino puede que te ocurran sucesos extraños como a nuestra protagonista, que se deja llevar cuando alguien escoge el camino equivocado.
Charlotte Vega es Jen, una chica que más que novia o joven adolescente, o estudiante, es hija de su padre, Scott. Cuando ella desaparece, Scott decide viajar a la América profunda de los pueblos de Alabama para encontrarla. Lo que su padre desconoce es que Jen ha sido secuestrada por una comunidad secreta, que vive aparte en las montañas, llamada La Fundación. Wrong Turn: Sendero al infierno parte de una premisa interesante, y toca temas como la paternidad, la confrontación ciudad/pueblo, e incluso trata de explicar ciertas consecuencias de acciones tomadas a la ligera.
Sin embargo, sorprende que después de reeditar un guion diecisiete años después, algunas escenas pequen de tanta inverosimilitud. Wrong Turn: Sendero al infierno es la clásica película de miedo a la que no se le puede exigir profundidad temática o fuegos artificiales, naturalmente. No obstante, desde un primer momento ya existen ciertos matices que la convierten en ajena al espectador, y ello continúa. Mike P. Nelson ha dirigido una película cuyo único propósito, tanto individual, como de género, es dejarse llevar, y eso es correcto. No hay necesidad de profundizar ni de explicar el mundo, pero sí de pulir ciertos aspectos básicos para al menos, conseguir empatizar con los protagonistas.