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El director catalán Marc Ferrer representa a la actual generación queer entremezclando con desparpajo crimen y pasión en ‘¡Corten!’ , su última película
A través de dinámicas almodovarianas, el director Marc Ferrer presenta en ¡Corten! lo que él denomina un giallo queer. Se interpreta a sí mismo en una trama en la que intenta sacar adelante su abucheado filme. No solo es un tributo al ya mencionado género italiano, también es una premonición de los hilarantes asesinatos que suceden durante la filmación. La metaficción aporta una estructura que amenaza constantemente con desviarse, pero logra dinamizar la narración. Así, facilita una interacción con el espectador que recuerda a Jean-Luc Godard y plantea una historia que se puede definir como La Noche Americana a la española. Con diálogos fluidos y propios de una contemporaneidad que no deja de ser castiza, reinterpreta el metacine con un enfoque falto de elitismo.
Por otro lado, su apuesta vanguardista incluye al elenco, en su mayoría no profesional, a excepción de La Prohibida, que deslumbra desde el principio. Ello otorga a los personajes espontaneidad, pese a abrazar la extravagancia y lo absurdo en todo momento. Estos forman parte de situaciones cuyo desarrollo y conclusión son prácticamente incoherentes. La inverosimilitud es la baza más fuerte de la película que, al ser consciente, convierte cada momento en una divertida sorpresa. A pesar de su despreocupado tono, los protagonistas reflejan el tema principal: la desesperación de una generación ante el fracaso. Son seres marginados que se hacen hueco en una sociedad cerrada que no acepta su creatividad. Se dividen en dos grupos: los que matan por formar parte del rodaje y los que lo desprecian. El cineasta reacciona a esta diferenciación con inocencia y una dedicación irrompible por sacar su pasión adelante.
En su último estreno, el creador enseña su reflexión de lo que significa para él el cine. A través de lo que denomina una tendencia underground, se deshace de la santificación del séptimo arte para disfrutar concibiéndolo. Mediante esta visión se despreocupa del resultado, lo que le permite expresarse de forma directa y graciosa. Asimismo, se preocupa por la representación del colectivo LGBTQ+. Al optar por caras nuevas, proporciona la visualización de más matices y experiencias. Sin embargo, ¡Corten! no pretende aleccionar, sino mostrarse con sinceridad para compartir la alegría que desprende. El autor comparte con nosotros un juego de mesa sin reglas, en donde el único objetivo es participar a lo grande.