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La realidad y la magia del flamenco se funden en ‘Trance’, un documental de Emilio Belmonte sobre el día a día del flautista y saxofonista Jorge Pardo
‘Cuando estás tocando sientes tu alma disolverse en el sonido, eso es trance.’ Esta frase resume a la perfección el nuevo documental de Emilio Belmonte. Si bien en 2017 había lanzado a la pantalla Impulso, película centrada en el proceso creativo de la bailaora Rocío Molina, ahora Trance parece seguir los mismos pasos, pero con Jorge Pardo a la cabeza. El flautista y saxofonista, leyenda en España por ser uno de los referentes de la innovación flamenco-jazz, así como componente del grupo de Paco de Lucía en los setenta, habla sobre el paso de los años, sobre el significado de ser artista, y sobre creación y libertad.
Trance nos cuenta a modo de road movie la vida de Jorge Pardo, un hombre de sesenta y cuatro años, mucho más joven de lo que parece, mucho más alegre, que ha dado toda su vida a la música. La primera imagen del documental lo dice todo, un escenario, un hombre con su flauta, y la versión de Río Ancho de Paco. A partir de ahí, se ven todos los recovecos de la vida de un músico flamenco, pero de los de verdad. Desde sus conciertos, hasta los lugares de ocio, pasando por Las tres mil de Sevilla o Nueva York, y por el bailaor Farruquito o el pianista Chick Corea. Trance es un viaje hacia lo que consiste vivir la vida de un flamenco como Jorge Pardo, pero con la música de vehículo.
Eso es lo bello. Descubrir, escena a escena, el recorrido de alguien que no tiene prácticamente hogar, que ha dado todo por la música y por su pasión, y entender que esto también tiene secuelas. La continua necesidad de estar todo el rato viajando, o el hecho de tener a tus mejores amigos, siempre, fuera de tu ciudad. Trance consiste en plasmar de forma realista la vida del arte y sus consecuencias. Lo mágico es que dentro de esa tremenda realidad, tan bonita y tan dura, siempre hay música. Cualquiera sentirá envidia sana del director Emilio Belmonte. Si el espectador se lo pasa genial en el visionado, habría que imaginarse su realización.