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Timothy Spall encarna a un nonagenario pensionista en la road movie ‘El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo’ de Gillies MacKinnon
Los años y la pérdida de peso han creado en la cara de Timothy Spall una expresión que genera inmediata ternura. En su boca hay una especie de mueca triste permanente, como si de un emoticono se tratase. Cuando sonríe el contraste es tal que la imagen parece iluminarse por completo. Este juego en sus facciones se acomoda a la perfección con el personaje encarnado en su última película, El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo, de Gillies MacKinnon. En ella interpreta a un apocado nonagenario que decide cruzar la isla de Gran Bretaña para cumplir una promesa hecha a su recientemente fallecida esposa. De John o’Groats, donde reside desde hace 70 años, hasta Land’s End, su ciudad natal. Del punto más septentrional de Escocia al más meridional de Inglaterra.
En general, en el cine los viajes físicos suelen emplearse como metáfora de un viaje interior. En este caso, el recorrido emocional que hace el protagonista es hacia su pasado. Hay heridas que por mucho que pasen los años nunca sanan. Este mismo trayecto ya lo había hecho el anciano, pero a la inversa, hace siete décadas. “Sácame de este sitio, vayamos lo más lejos posible”, le pidió entonces su esposa. Jamás regresaron. Ahora, su intención es llevar a cabo esta travesía de 1406 kilómetros desplazándose únicamente en autobús, usando el abono de transporte de la tercera edad. Por el camino, Tom Harper, que es como se llama este pensionista buenista, se va encontrando a personas de diversa índole. Su carácter benevolente deja huella en todos estos personaje secundarios que representan un Reino Unido plural y multicultural.
Si bien es cierto que cada vez es más habitual encontrarnos relatos protagonizados por personas de avanzada edad, sigue siendo interesante que se ponga el foco en ellos. En este sentido, parece ser que próximamente veremos a un Indiana Jones sexagenario —aunque también se rumorea que le rejuvenecerán digitalmente—. En el mundo de las series hace ya medio siglo conocimos a las disfrutonas mujeres de Las chicas de oro. Recientemente, este retrato de la vejez lo actualizaba Jane Fonda con Grace and Frankie. La road movie también era la fórmula empleada en Una historia verdadera, de Lynch, o Nebraska, de Alexander Payne. Ambas con un anciano como protagonista. Frente a estas, el retrato que hace MacKinnon de la tercera edad no resulta novedoso. Sin embargo, El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo no deja de ser una cinta amena para toda la familia.