Rosana G. Alonso
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La sexta edición de Drawing Room destacó por la calidad de propuestas que buscaban superar la realidad presente invocando la calma o haciendo un llamamiento a la naturaleza

ARTISTA | Drawing Room | StyleFeelFree
Obra: © Lúcia David en Drawing Room 2021 | Trema Arte Contemporânea | Foto: © R. Xo para StyleFeelFree

No es el mejor momento para vender arte. Pero las galerías, resignadas a estos extraños tiempos que estamos viviendo, siguen entusiasmadas con los proyectos que representan. En Drawing Room, el pasado fin de semana, tuvimos ocasión de hablar con algunos de estos agentes artísticos y percatarnos de las ganas que tienen de superar esta pandemia, insistiendo en la idea de que el arte se crece ante las dificultades. Porque los artistas buscan comprender el mundo que nos rodea y superar las dialécticas asfixiantes de una época enrarecida. Queremos respirar libremente y recuperar nuestras normalidades. Aquellas que nos permitían compartir abrazos sin miedo y conectar también con los otros, los que nos hacen cuestionarnos nuestros puntos de vista, y mirarnos de otra forma. Mientras tanto, el recogimiento nos invita a mirar hacia dentro, a pensar en la naturaleza o a rescatar artesanías olvidadas. El Palacio Santa Bárbara de Madrid se convertía de esta forma en un oasis para pararnos a reflexionar y abstraernos de la nueva realidad a la que no acabamos de acostumbrarnos.

En esta línea de pensamiento destaca el estudio de María Cobas González-Chas (Galicia, 1982) en Parrote Galería de Arte. La artista, con la que pudimos conversar en la feria, nos explicó que el trabajo que estos días se ha podido ver en Drawing Room “hace una reflexión de la velocidad a la que va la sociedad actual”. Su propósito es lograr el efecto contrario. Esto es, con su obra pretende aportar un matiz de luminosidad y sosiego a nuestras vidas. Bajo el título de Mañana es demasiado tarde González-Chas pretende hacer una alegoría “que nos dice que debemos pararnos en la vida y observar las cosas pequeñas”, asegura. Y prosigue explicando que la figura que representa en estas piezas es neutra, sin género, porque es su forma de “reivindicar que todos somos iguales”. Busca recuperar los valores positivos que tienen los humanos sintetizando un propósito. “Mi obra habla mucho de la compasión humana y de la compresión”, concreta.

También llamó nuestra atención el trabajo artesanal y delicado de Marta Barrenechea (Madrid, 1964) y Lúcia David (Portugal, 1966) . En el caso de Barrenechea, Pep Anton Clua, al cargo de la Galería Silvestre que la representa, nos explicó que la artista “remite desde su pensamiento e iconografía a realidades mitológicas que traslada a la contemporaneidad”. También hay detalles de una biografía oculta en formas abstractas que captan la belleza de lo cercano. Su uso del bordado entre el dibujo, que no invade la obra y es apenas perceptible, se convierte en un elemento que, desde la sencillez, penetra en los resquicios en los que se cruza lo sagrado y antiguo con la vida.

La obra de Lúcia David, en Trema Arte Contemporânea, aunque más exuberante, también indaga, como ocurría con Barrenechea, en las arts and crafts. La galerista nos explicó que esta artista utiliza técnicas inspiradas en los trabajos artesanales de costura de los años cincuenta y sesenta. El encaje de bolillos se mezcla aquí con la papiroflexia para hacer un cuerpo de obras que exploran la naturaleza a través de materiales perecederos. “Para mí el asunto más apremiante son los cambios de clima” explica la artista. Lo vemos en la representación de tempestades y huracanes. “En general, mi trabajo enaltece la imperfección, la rudeza y la simplicidad, e intenta hablar en el tono más alto del silencio”, argumenta Lúcia David.

Igualmente sobre naturaleza versa la obra de Nacho Zubelzu (Reinosa, 1966) en la galería Exhibit Lab. Todos sus dibujos, realizados en plumilla que en algún caso tiñe con acuarela, nos trasportan a formas que podemos encontrar en el medio ambiente. Trabaja tanto en plano como en dos y tres dimensiones. No hay línea divisoria entre la pintura y la escultura que le sirven para narrar sus propias experiencias en las montañas locales para interiorizar la belleza de los elementos naturales y plasmarlos en formas plásticas.

Desde otra perspectiva que conecta además con el otro, buscando puntos afines para trascender la realidad, Perve Galería presentaba un proyecto que lleva algún tiempo desarrollando. Según nos comenta su gerente, la galería está trabajando con el surrealismo portugués e invitando a artistas a plantear diálogos en torno a este movimiento. Para esta ocasión se invitó a Javier Félix (Colombia, 1976) e Iván Villalobos (Chile, 1975) a investigar en la obra de Cruzeiro Seixas con la realización de un mural que captaba la atención del visitante. Con Villalobos, presente en la feria, pudimos conversar y compartió como fue compartir puntos de vista con Javier Félix. “Difícil porque trabajar con 2, con 3 artistas porque además se trata de un homenaje, e intervenir una tela de estas medidas es complicado. Hay un tema además de respeto, pero con el paso del tiempo fue siendo un proceso muy natural”. Hasta tal punto que es difícil adivinar donde comienza la intervención de uno y otro. Extraordinaria composición que nos recuerda que compartir es también recordar, y que no podemos crear, sino continuando con el trabajo de otros.
 

Drawing Room 2021 | StyleFeelFree

Obra: © María Cobas González-Chas en Drawing Room 2021 | Parrote Galería de Arte | Foto: © R. Xo para StyleFeelFree

Drawing Room 2021 | StyleFeelFree

Obra: © Marta Barrenechea en Drawing Room 2021 | Galería Silvestre | Foto: © R. Xo para StyleFeelFree

Drawing Room 2021 | StyleFeelFree

Obra: © Javier Félix e Iván Villalobos | Perve Galería | Foto: © R. Xo para StyleFeelFree