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El dúo australiano Deuce se estrena con un cándido y sencillo álbum homónimo mitad carta de presentación, mitad carta de amor
Durante el último par de décadas, Australia ha cosechado un rico panorama indie que nada tiene que envidiar al británico o al norteamericano. Curtis Wakeling quizá no sea uno de sus nombres más conocidos, pero su trayectoria, sin duda, le convierte en uno de los más interesantes. Todo empezó en 2009 con la formación de The Ocean Party, banda que terminó disolviéndose en 2019. Sin embargo, su legado pervive gracias al músico y algunos de sus compañeros, ahora reagrupados como Pop Filter. Y no sería justo olvidarse de mencionar a Velcro, la pequeña propuesta lo-fi que Wakeling empezó en 2011. Aquellos tiempos en los que la etiqueta de bedroom pop todavía no estaba en boca de todos. Quién le iba a decir que diez años después seguiría componiendo música desde el dormitorio, solo que esta vez con su pareja Kayleligh Heydon. Juntos forman Deuce, quienes debutan con este álbum homónimo.
Aunque sus canciones han visto la luz este 2021, son resultado del periodo de confinamiento del año pasado, que Curtis y Kaigleigh pasaron en compañía. A estas alturas, no es ninguna sorpresa que ésta sea la historia detrás de muchas de las novedades musicales recientes. Sin embargo, el disco de Deuce no es un lamento claustrofóbico ni nada que se le parezca. En este primer LP, la pareja desvela el hogar como un espacio para el crecimiento interpersonal y los cuidados. Las guitarras al más puro estilo Mazzy Star como las que escuchamos primero en Heat Wave envuelven con sus ecos el resto del álbum. Melodías que resultan ser el mejor acompañamiento para las voces de ambos, y que juntas suenan especialmente bien.
Uno de los temas más representativos del debut es Language of Love. No tanto en lo referido a su sonido, pues en este caso solo canta él, pero sí en cuanto a su esencia. A fin de cuentas Deuce es un disco de amor, con la particularidad de que el dúo se lo dedica mutuamente. La canción abre con una línea de bajo, seguida de más guitarras y un saxofón como acompañamiento. Este último cortesía de Liam ‘Snowy’ Halliwell, que también se ha ocupado de masterizar el disco y es compañero de Curtis en su otra banda. En Day Three es Kayleigh la que canta, aunque los estribillos los hacen a la vez. Mientras que la letra de la anterior jugaba con escenas y cotidianas, ésta se decanta por lo poético y preciosista. Sucede lo mismo en Salt, que se siente casi como una continuación de la pista previa.
La cara A la cierra Skyscraper. Algo más groovy, dominado por una percusión minimalista y acordes más graves —al igual que el tono de Curtis— que le dan un toque retro. Cuando termina y a continuación empieza Wildflower, se da un contraste similar al que más adelante ocurre entre Swim y Big Change. La razón no es otra que lo distintas que son las voces del dúo entre sí. En cualquier caso, ambas triunfan en trasmitir —cada una a su manera— una brillante personalidad. Donde ya no escuchamos a ninguno es en Orange Hum, la pieza de ambient de cuatro minutos que pone fin al álbum. Sonidos de pájaros e incluso murmullos muy a lo lejos forman la capa acústica que envuelve el lento punteo de guitarra protagonista. Ya solo queda la curiosidad por saber si Deuce se quedará como un proyecto puntual o si volverán con más música.
Nombre de artista o grupo musical: Deuce
Título del álbum, ep, single: Deuce
Sello: Dinosaur City Records
Producción: Curtis Wakelin
Masterización: Liam ‘Snowy’ Halliwell
Portada: Kayleligh Heydon
Fecha de lanzamiento: 16 de junio de 2021