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Más allá de ser una película sobre los problemas del consumo de drogas, ‘4 días’, de Rodrigo García, es un retrato de la relación entre una madre y su hija
A mediados de la década de los 90 se puso de moda en Estados Unidos el uso de analgésicos a base de opio para tratar dolores intensos. Muchos fueron los médicos que los recetaron creyendo, como afirmaban las farmacéuticas, que eran inofensivos. No era cierto, claro. Los opioides, que es como se conoce a estos medicamentos, pueden crear una elevada dependencia, por lo que es común que los pacientes sigan consumiéndolos. Aunque bastaba con una visita a la consulta y otra a la farmacia para conseguirlos, muchos usuarios terminaron pasándose a la heroína que, si bien ilegal, era mucho más barata. Este fue el caso de Amanda Wendler, la mujer en la que se inspira Rodrigo García para crear a la protagonista de su última película, 4 días. Una cinta que nace de un reportaje de Eli Saslow, que coescribió el guión, publicado en el Washington Post.
Sin embargo, que sea una historia basada en hechos reales no ha impedido al realizador colombiano volver a algunas de sus antiguas inquietudes y obsesiones. Claramente, una de ellas es el mundo femenino y las relaciones entre mujeres. Así, más allá de ser un relato sobre la adicción, 4 días es un retrato del vínculo entre una madre y su hija. Pareja a la que se encargan de dar vida Glenn Close y Mila Kunis. La cinta arranca cuando el personaje interpretado por Kunis, Molly, se planta en la casa de su madre, Deb, en busca de ayuda para dejar de consumir. No obstante, la progenitora, encarnada por Close, se niega a socorrerla. Su hija lleva siendo adicta a la heroína desde hace 10 años y ha pasado por desintoxicación 14 veces, volviendo a recaer siempre. ¿Por qué va a ser distinto esta vez?
Por otro lado, el director también regresa con esta cinta a su obsesión por condensar el relato de una vida en un pequeño capítulo de la misma. Un recurso que explotó al máximo hace años en Nueve vidas. En este sentido, en 4 días, Rodrigo García busca ampliar la narración más allá de la temporalidad que marca el título. Es en la capacidad crítica que tienen los personajes a la hora de analizar su pasado donde la película se vuelve más honesta y especial. Destaca particularmente el hecho de que presente la adicción como un problema con múltiples causas, algo de lo que son conscientes sus personajes. Así, éstos, sin dejar de aceptar su parte de responsabilidad, terminan comprendiendo que tampoco deben culparse por las desgracias que les ocurren. A veces, la tragedia es arbitraria.