- Parannoul. Nubes de ruido - 26 marzo, 2022
- La Plata. Adiós, vieja oscuridad - 13 marzo, 2022
- Lucas Bolaño (Estrella Fugaz): «Me gusta sumergirme en lo cotidiano» - 18 febrero, 2022
Nos acercamos a la sala Bilborock de Bilbao en el segundo viernes de conciertos programados como parte del VillaSoundBilbao 2021, que este abril celebra su primera edición
El fin de semana comienza soleado en la capital vizcaína, razón suficiente para que, después de comer, sus calles y terrazas se llenen de vida. Frente al Puente de la Merced, varios jóvenes, lata de cerveza en mano, hacen cola a las puertas del centro cultural Bilborock. Escena que se repetirá el resto de viernes de abril con motivo del ciclo de 12 conciertos que organiza el VillaSoundBilbao 2021. Un nuevo programa musical que reemplaza al longevo Concurso Pop Rock Villa de Bilbao, cuya primera edición fue en 1989. Aún así, su objetivo permanece: potenciar el panorama local y brindar la oportunidad de tocar en directo a jóvenes artistas de Euskadi y Navarra. La apertura del local, seguida del cartel de aforo completo, marcaba el arranque de la tarde del día 16. Con los asistentes acomodados en sus asientos, todo estaba a punto para la primera de las cuatro actuaciones.
Pasadas las cinco y media, la jornada dio comienzo de la mano de Olaia, la primera en subir al escenario. Con un set de seis canciones, la cantante y compositora se entregó emocionalmente al público a través de sus temas construidos sobre melodías loopeadas. Aunque admitió estar nerviosa al principio de la actuación, la intensidad con la que interpretó su repertorio reflejó lo contrario. Para la segunda mitad, la solista no tardó en agarrar su guitarra y proceder con una pieza entera en acústico muy al estilo Fionna Apple. La introspección de sus letras y su destreza vocal condimentaron de la mejor forma posible el que fue el plato entrante de la tarde.
Tan pronto como terminaron de colocar sus instrumentos, los primeros acordes de la siguiente banda inundaron la sala. “Somos el grupo de nombre largo y éste es nuestro primer concierto”, así es como se introdujeron Ramona’s First Evil Boyfriend. Andrea y Jose forman este dúo que nació el año pasado fruto del confinamiento, aunque el viernes contaron con un tercer miembro a la batería. Un complemento que les otorgó una fuerza sorprendente en directo, sobre todo en comparación con la calma que refleja su material grabado. En sus composiciones, los debutantes apuestan por un sonido íntimo, sacándole el mayor partido posible al reverb, tanto en lo vocal como en lo instrumental. Un par de canciones terminaron con rasgueos de guitarra a toda velocidad, entregando gratificantes dosis de ruido a todos los presentes. Verdaderas explosiones de un dream pop, especialmente oscuro, que no dejaron indiferente a nadie.
La pausa intermedia les vino bien a Monday Potions, los terceros en tocar, pues antes necesitaron unos minutos para desplegar su imponente set de teclados. Instrumentos cuyo potencial supieron explotar los dos integrantes de este proyecto independiente iniciado por uno de ellos, el productor y artista multi-instrumentalista Eneko Peña. Una propuesta retro que bebe de los orígenes del rock alternativo con toques de psicodelia llevados al ámbito de la producción DIY. Más centrados en la ejecución técnica que en la puesta en escena, queda claro que el dúo huye del camino fácil. En cualquier caso, ni siquiera su ambición se resiste a clásicos como Don’t You Want Me. Un tema de puro synth pop ochentero, original de los británicos The Human League, que Monday Potions decidieron versionar antes de despedirse.
La banda invitada que tuvo el honor de cerrar la segunda jornada del VillaSoundBilbao 2021 fue el cuarteto cántabro afincado en Madrid Aiko el grupo. Tras abrir con Me parece muy fuerte, un leve fallo técnico les obligó a una breve pausa que aprovecharon para presentarse. Frente a una sala Bilborock a cada canción más extática y dándolo todo desde sus sillas, el grupo tuvo tiempo para tocar su repertorio completo. Además de todos los temas de su debut Va totalmente en serio…, regalaron al público una canción nueva, aprovechando su primer concierto en suelo bilbaíno. “Es sobre una persona estúpida”, sentenció Tere segundos antes de golpear las cuerdas de su Telecaster y empezar a cantar. La penúltima pieza previa a los dos bises que pusieron fin al bolo fue una versión de Paz y amor, de la serie Steven Universe.
Como no podía ser de otra forma, A mí ya me iba mal de antes fue la elegida para terminar la tarde del viernes. Todo un himno que llegó a nuestros oídos en marzo de 2020 y, por ende, fue la banda sonora de la cuarentena para muchos. Más de un año después, versos como “Esto es un castigo del señor / Una injusticia, esto es terrorismo”, todavía no han perdido el sentido. Aún así, la oportunidad de poder disfrutar de música en directo y conocer nuevas propuestas lo hace todo bastante más llevadero.