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El mercado del arte contemporáneo se reactiva con Estampa 2021, la primera feria de arte celebrada en España desde el inicio de la pandemia
El mundo del arte contemporáneo nacional vive uno de sus mejores momentos desde el inicio de la pandemia de la Covid-19. En su vigesimoctava edición, Estampa 2021 ha congregado en IFEMA un total de 70 galerías de todo el territorio español. Deseosos de volver a encontrarse cara a cara con la feria, casi un millar de artistas, coleccionistas y visitantes han paseado por sus instalaciones. Además de las madrileñas, la mitad de las galerías participantes en esta edición de Estampa proceden de una gran variedad de localidades. Una de las ocho que llegan desde Barcelona, la segunda ciudad con más presencia en el certamen, es 3 Punts Galería. Su director, Javier López, expresa el que fue un sentimiento generalizado el día de la inauguración: “participar es muy positivo y muy ilusionante”, comenta. Aún así, una minoría teme que si el evento está menos concurrido, puede que se refleje en las ventas.
Juan Riancho es propietario y director de la Galería Siboney en Santander, la única de la capital cántabra que participa en esta edición. Agradecido por la buena acogida en Madrid incide en cómo “el sentimiento tan emotivo de reencuentro se acentúa para los que venimos de otras provincias”. Según lo fueron permitiendo las restricciones sanitarias, las galerías han hecho todo lo posible por mantener viva la llama de la cultura. No obstante, consideran esencial el reunirse en un mismo espacio para que todo siga adelante. “Hay que tener en cuenta que el mercado del arte está centralizado en Madrid”, menciona la directora de Set Espai d’Art Reyes Martínez. “Para los que llegamos de fuera nos es básico venir a estas ferias”, concluye la profesional procedente de Valencia.
Ahora los asistentes caminan entre stands por el pabellón 6 de IFEMA, deteniéndose frente a pinturas, fotografías y esculturas, pudiendo observar en persona cada detalle. Algo que, remontándose al año pasado por estas fechas, resultaba inconcebible. Además, en palabras de Asunción, responsable de la Galería Vanguardia de Bilbao: “no todo el mundo pasa de largo, y eso siempre está bien”. En cuanto a las impresiones acerca de posibles ventas, muchas galerías expresan su entusiasmo ante potenciales clientes que han preguntado por precios. Un caso es el de la Galería Isolina Arbulu, de Marbella, cuya directora también recalca que todo lo que sea recuperar la normalidad es positivo. Personalmente se trata de su primera feria, aunque tiene claro que “independientemente de que haya ferias o no, los artistas van a seguir creando”. “Puede que el mundo del arte se transforme, pero el arte va a seguir”, afirma Arbulu.
Una desconexión necesaria
Tras los meses de confinamiento del 2020 y el reinicio progresivo de la actividad de las galerías, el ámbito digital alcanzó nuevos niveles de protagonismo. Exposiciones online, encuentros virtuales y toda clase de ciber-eventos surgieron como nuevas formas de experimentar el arte sin necesidad de salir de casa. Sin embargo, tanto el público como los galeristas coinciden en que lo digital todavía está lejos de poder sustituir a acontecimientos como Estampa 2021. “Tampoco estamos acostumbrados a trabajar de esa manera, quizá dentro de veinte años la cosa cambie pero de momento no”. Son las palabras de Paloma González, directora de la Galería F2 de Madrid, quien contempla necesario el reivindicar las visitas a las ferias de arte.
La propuesta de Estampa nació hace casi treinta años con el objetivo de dinamizar el tejido de la compraventa de arte en España. Una voluntad que cobra especial relevancia después de más de un año de una parálisis económica que también ha afectado a comerciantes y coleccionistas habituales. Desde la perspectiva de los galeristas no hay dudas de que volver a la presencialidad es un gran primer paso hacia la antigua normalidad. “La gente se quejaba de que, en digital, las obras no se percibían de la misma forma”, explican desde la madrileña Galería Herrero de Tejada. La Galería Aural, alicantina con segunda sede en Madrid, tiene la misma sensación: “en muchos casos existe cierto placer en ver la obra en persona”. La emoción colectiva, junto a buenas noticias como la celebración de ARCO 2021 este julio, se traducen en atisbos de luz al final del túnel.