Isidoro Valcárcel Medina. Arquitectura imposible contra la violencia estructural 

Los proyectos arquitectónico-conceptuales de Isidoro Valcárcel Medina componen la monografía que el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León le dedica al artista murciano

Durante casi medio siglo, Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937) ha desarrollado un cuerpo de trabajo basado en la investigación crítica del sistema del arte. Concretamente, entre 1984 y 1992, realizó una serie de proyectos bajo el título de Arquitecturas prematuras. Una colección de propuestas urbanísticas y de edificación que ponen de manifiesto la contradicción entre el espacio urbano y las estructuras que lo componen. Una treintena de estos bocetos son los que recoge esta exposición del mismo nombre, coproducida por el MUSAC y el Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao. Con este conjunto de planos, el artista cuestiona la relación entre la práctica arquitectónica, la influencia de los poderes hegemónicos y la sociedad contemporánea. Además de las treinta obras, acompaña a la muestra el libro Réplicas al Neufert, su otro trabajo principal en relación a esta técnica.

Los trabajos de Valcárcel Medina siempre se han vertebrado a favor de la experiencia del arte, oponiéndose por tanto a su objetualización. Razón que explica el rechazo a los espacios institucionalizados y a la reproductibilidad de la obra de arte, prefiriendo así lo cotidiano, el directo. Basta con leer los títulos de lo que en un primer vistazo aparentan ser simples dibujos esquemáticos para percatarse de su auténtica naturaleza. Torre para suicidas, Colonia de chabolas… no son tanto diseños pensados para su construcción, como propuestas conceptuales o directamente irrealizables. De hecho, tan solo uno de ellos se terminó llevando a cabo: la vivienda particular del artista, ubicada cerca de El Escorial.

La ironía como herramienta de denuncia social

Muchas de las Arquitecturas prematuras de Valcárcel Medina llaman la atención por lo oscuro e irónico de su planteamiento. Proyectos como Museo de la ruina —una construcción pensada para derrumbarse en cualquier momento— o Edificio para parados, son un claro ejemplo de ello. Sin embargo, su intención traspasa el tono absurdo e insustancial que pueda aparentar tener y, por el contrario, el objetivo es totalmente crítico. En palabras del artista, “la finalidad de esta arquitectura no es más que meter el dedo en la llaga del poder”. Torre para suicidas surge de una idea similar. En este caso se trata de una supuesta instalación diseñada específicamente para aquellos que deseen acabar con su vida. El único lugar que, al contrario que cualquier otro en el que alguien se haya suicidado, sirve literalmente para eso.

Otros de sus trabajos pretenden una reformulación irónica e iconoclasta de estructuras originalmente concebidas como símbolos de poder. Es el caso de Arco de triunfo, un monumento que no conmemora ninguna victoria militar ni tampoco homenajea a ningún gobernante. Muro de Berlín es una réplica del propio Muro de Berlín con la excepción de que tan solo tiene treinta centímetros de altura. El artista lo planteó únicamente como símbolo de separación de una frontera inexistente en 1988, un año antes del derrumbamiento del original. En Cárcel del pueblo, Valcárcel Medina vuelve a jugar con las contradicciones del sistema al imaginar una prisión clandestina, desinstitucionalizada y de fabricación casera.

Urbanismo anticapitalista: la imaginación al poder

Debido a la naturaleza irrealizable de los proyectos que alberga esta exposición, Isidoro Valcárcel Medina no solo se limita a la arquitectura en pequeña escala. En Cuatro ideas funcionales para León o en la serie La ciudad anarquizada VI, la ciudad es su patio de recreo particular. De nuevo, sus aspiraciones no son las que aparentan en un primer momento. Con ideas funcionales, el artista no se refiere a maneras de mejorar el espacio urbano en términos de productividad. Al contrario que la arquitectura más ortodoxa, ninguna de sus propuestas buscan el beneficio del capital.

En 2007 Valcárcel Medina recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en 2015, la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes. Ambos reconocimientos otorgados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Por último y también en 2015, es condecorado con el Premio Velázquez de Artes Plásticas por la coherencia de su trayectoria. Arquitecturas prematuras supone la séptima entrega de AA Arte y Arquitectura MUSAC. Una serie que lleva desde el 2010 dedicando monografías a artistas y/o arquitectos cuya obra y pensamiento crítico se encuentran a caballo entre ambos campos.
 

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