Las 30 mejores películas del 2020 | Agarrados a la fe ante la adversidad 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Aunque este año se han estrenado muchas películas on line, las 30 mejores películas del 2020 conectan con las salas de cine para hablarnos de una fe renovada en un año especialmente adverso

Me gustaría comenzar esta lista de las mejores películas del 2020 evitando hablar de la pandemia de la covid-19 que ha sido devastadora para las salas de cine. Tengo que aclarar que los filmes recogidos aquí se han estrenado en las salas españolas. En un año en el que las plataformas on line han sido las que han mantenido el cine contemporáneo activo, acercándonos títulos que los festivales no han podido traernos, me parece importante insistir en el cine a pie de calle. Aquel que nos coloca en proximidad, permitiéndonos formar parte de un acontecimiento comunitario. No porque el cine en casa no tenga sus ventajas, sino porque me temo que el mundo post-covid será cada vez más digitalmente individualista.

Una lista de 30 películas es casi un prodigio en un año en el que hemos estado, buena parte del tiempo, encerrados en nuestras casas. La cosecha de este año, a pesar de los contratiempos, ha sido extraordinaria. Y curiosamente, la primera película que entró a formar parte de esta lista, fue la que avanzó una temática común que hila muy bien un año marcado por el miedo y la necesidad de cultivar la fe. La cinta en cuestión es Fortuna y se estrenó en España el 1 de enero de este 2020. Después de este estreno hemos tenido títulos de temática similar que han escarbado en la fe, en la falta de ella, y en general, en como lo humano necesita asirse a algo misterioso e intangible en lo que creer, en un mundo cada vez más materialista. Un dios todopoderoso al que llorarle, al que suplicarle, al que acudir en horas bajas.

Al amparo de la fe

Tras Fortuna, los mejores relatos que hemos tenido ocasión de ver en pantalla han estado marcados por el culto o adoración a una doctrina religiosa. En algunos casos estas narraciones han servido para denunciar los fundamentalismos, que se han proyectado con fuerza en los últimos años. Así ocurre en Las Golondrinas de Kabul; Papicha, sueños de libertad o Divino amor, que en este caso mira a los nuevos evangelismos surgidos en el Brasil de Jair Bolsonaro. No obstante, la religión, suele ser un tema peliagudo de tratar en el cine salvo desde esta perspectiva crítica, porque genera en algunos públicos un rechazo per se. A este respecto, si Vida Oculta de Terrence Malick no consigue que nos reconciliemos con un cine que usa esta materia para hablar de la fe, y de cómo nos armoniza con nuestro entorno, quizás entonces deberíamos de analizar nuestras propias creencias.

Películas como Vitalina Varela o Beginning no hablan de religiosidad sino como constructo social que nos enmarca inevitablemente, obligándonos a lidiar con nuestra propia realidad deformada por creencias que nos someten. Otras como Saint maud, en clave de terror; o Corpus Christi, nos sitúan ante una sociedad violenta que nos enfrenta y arrincona. En el otro extremo, Sinónimos no puede evitar caer en cierto complejo mesiánico al que irremediablemente sucumbimos para hacer sombra a nuestro yo más vulnerable. En un mundo deformado por la errónea creencia que tenemos, en primer lugar, de nosotros mismos, solo lo sagrado nos permite enfrentarnos a la vida con lucidez.

Universos en femenino

Más allá de esta temática, el universo femenino y sus recovecos han sido definitorios de una cinematografía que mira a la mujer sin trasluces. Vuelven a sobresalir, un año más, las actrices. Incluso con más fuerza que en años anteriores. Arrolladores personajes no solo los tenemos en las mencionadas Vitalina Varela, Beginning, Fortuna o Saint Maud. Películas como El huevo del dinosaurio, Un cuento de tres hermanas, Ema, La camarista, La profesora de piano, La verdadera historia de la banda de Kelly o Judy nos muestran un empoderamiento, inusitado hasta la fecha, en los roles femeninos. En el 2017 ya era muy visible esa tendencia, que por suerte, sigue al alza. La mujer se presenta como un talismán que se proyecta en múltiples direcciones. Desde su psicología, se afrontan temas derivados de un universo de multiplicidades. La maternidad en el cine, de hecho, nos ha traído también un buen número de películas excelentes.