Tipologías de August Sander: atlas de la Europa del siglo XX a través de su gente 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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El trabajo más legendario del fotógrafo August Sander, ‘Gente del siglo XX’, toma tierra en el Círculo de Bellas Artes para repasar la historia de Europa en el siglo pasado

Concebida de forma escrupulosa siguiendo los esquemas tipológicos de August Sander (Alemania. 1876-1964) la exposición Fotografías de Gente del siglo XX, que ya puede verse en El Círculo de Bellas Artes, es un homenaje al proyecto homónimo más legendario del fotógrafo alemán. Un extenso archivo de retratos, por tipos, que refleja el tejido social y productivo de Alemania, entre la década de 1910 y mediados de la década de 1950, tras la Segunda Guerra Mundial. O lo que es lo mismo, entre la República de Weimar y la derrota del nazismo.

Como contempla Gillermo Zuaznabar, comisario de la muestra junto a Valentín Roma, “nuestro reto aquí era el de desaparecer poniéndonos los zapatos de Sander, tratando de no imponer nuestro criterio personal por encima del suyo”. Por esta razón, las casi doscientas fotografías que se contemplan, organizadas en siete secciones, recrean de manera exacta el orden y la selección propuesta por el propio August Sander en su disertación original. Si bien se añaden a estas instantáneas un conjunto de obras de la serie Estudios: el ser humano que complementan la visión de su labor artística, con imágenes que muestran detalles de gesticulaciones, miradas y posturas de las personas retratadas.

Un proyecto fundacional y legendario

La primera presentación pública del proyecto Menschen des 20. Jahrhunderts [Gente del siglo XX] tuvo lugar en 1927, aunque su notoriedad llegaría dos años después cuando Sander publica El rostro de nuestro tiempo, el primer y único volumen de la colección. Poco después, en los turbios años treinta, con la llegada del Partido Nacionalsocialista al poder en Alemania, tuvo que abortar el trazado que había planificado por inviabilidad, debido a las circunstancias políticas. De hecho, en 1936, se confiscarían los libros de este primer tomo enciclopédico y se destruirían las placas originales.

August Sander tendría que esperar a que acabase la guerra para retomar su idea. Tendría además que superar los contratiempos que se le presentaron. Entre ellos, la muerte de su hijo, encarcelado por su activismo político con la llegada de los nazis al poder. O el incendio de su trastero, que destruyó miles de negativos, documentos y copias originales. No obstante, nunca abandonó su aspiración y en 1962, cuando publica Espejo de los alemanes, incluye ochenta fotografías de Gente del siglo XX. Así lo cuenta Gabriele Conrath-Scholl, una de las grandes especialistas internacionales de la obra del fotógrafo, que explicó en el Círculo de Bellas Artes toda la trayectoria del artista.

Sobre esto Conrath-Scholl recalca, además, un dato importante. Entre la primera imagen y la última, de las realizadas para su legendaria obra, hay una separación de seis décadas. Un lapso de tiempo que lleva a que la envergadura de este estudio sea considerada un ejercicio magistral. En palabras de Valentín Roma, co-comisario y director de La Virreina Centre de la Imatge, este trabajo constituye “un friso sobre Europa que ha fascinado a todos los grandes narradores de las imágenes del siglo XX” porque según constata “hay un tono fundacional”.

A partir August Sander no es posible concebir la fotografía sin considerar trazar un proyecto previo de base conceptual. En su caso, una concepción que según atestigua Valerio Rocco Lozano, director del Círculo de Bellas Artes, es la confirmación de que “no hacen falta líderes fuertes”. Según aprecia, August Sander “exalta la falta de liderazgo, con lo cual devuelve la palabra a la sociedad”. Una sociedad repleta de individuos con dignidad en donde tiene una importancia enorme el papel de una mujer que mira a los ojos a las mujeres del siglo XXI, devolviéndoles la palabra. Ahí radica la modernidad de Sander, en su capacidad de seguir narrando la historia de nuestros días.