Chantal Akerman. Un cine que emerge de la quietud 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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La retrospectiva ‘Nada pasa, todo cambia’ que le dedica el Museo Reina Sofía y la Filmoteca Española a Chantal Akerman analiza, de forma pormenorizada, toda la obra fílmica de la cineasta belga

Visto en su conjunto, todo el trabajo de Chantal Akerman (Bruselas, 1950 – Paris,2015) es un ensayo de vida. De ahí que la retrospectiva que le dedica a la cineasta belga el Museo Reina Sofía en colaboración con Filmoteca Española, venga precedida por el epígrafe de Nada pasa, todo cambia. Su cine es un cine que observa la vida evolucionando hacia un final transformador que cuestiona la mirada.

Diseñada en torno a cinco grandes cabeceras [Cine-ensayos, Filmar el teatro, Akerman por Akerman, Ficciones y biografías y Formas de géneros] este ciclo, comisariado por Chema González, Jefe de Actividades Culturales del Reina Sofía, se entiende imprescindible en un presente que cuestiona los estereotipos de lo femenino, incluso cuestionando los feminismos, sus agentes y sus vías de acción. Revisionar a Chantal Akerman, en esta algarabía de ideas que conforman una actualidad enfrentada, es una oportunidad de empezar, recuperando aquello que aparentemente era intrascendente. Rescatar lo verdaderamente político del gesto cotidiano, perdido entre controversias que no efectúan.

Y después ya podemos despolitizar lo político, lo que no produce; y politizar lo banal, lo que elabora. Para empezar, una mirada al primer cortometraje de Akerman, Saute ma ville (1968) en el que lo trágico tiene algo de festivo y viene de la inconformidad de ser y hacer. Película que acaba por servir de engarce que cierra su último proyecto, No Home Movie (2015), un documental en el que la cineasta se detiene a pensar en la existencia, a través del vínculo con su anciana madre, antes de morir.

Toda la trayectoria de la belga estuvo marcada por constantes muy características. Según recoge la nota de prensa del Museo Reina Sofía, estas se articulan en torno a “la biografía, la mirada a las condiciones de vida de las mujeres, la memoria personal e histórica de los traumas del siglo XX y el desarraigo que implica hacer un cine a contracorriente”. Redescubrir todas estas peculiaridades, en una de las filmografías más significativas del cine de la segunda mitad del siglo XX, implica desandar lo andado. Tan necesario para reflexionar de dónde venimos, y hacia dónde vamos.

A continuación puedes consultar toda la programación de la retrospectiva Nada pasa, todo cambia centrada en la obra de Chantal Akerman.