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Con su primer largometraje, Camille Vidal-Naquet en ‘Sauvage’, se acerca a una idea del cine muy pura que busca sobrepasar la verdad en la búsqueda incesante de un ideal
El cine del último tercio del siglo XX ha buscado, en muchas ocasiones, sobrepasar la verdad para alcanzar un ideal de libertad que afectaba sobremanera a sus personajes. Esto ha sido especialmente motivado por la trascendencia que tuvo la novela En el camino de Jack Kerouac. Muchos cineastas, pertenecientes a generaciones posteriores, han reconocido su influencia. Gus Van Sant en su paso por Madrid, el año pasado, con motivo de la exposición que le dedicó La Casa Encendida, lo declaró abiertamente. Pero la influencia, lejos de ser un rasgo que afectó al cine estadounidense, llegó también a una Europa que abrazó los ideales de la generación beat. Especialmente en Francia, tuvo una gran repercusión. Sin ir más lejos, en el documental Varda por Agnès que se estrenará próximamente, la propia Agnès admitía la enorme influencia que tuvo En el camino en la creación del personaje de Mona en Sans toit ni loi.
Léo, el protagonista de Sauvage, tiene el mismo espíritu que Mona, y Camille Vidal-Naquet, el realizador de esta película, no tiene problemas en admitirlo. Interpretado por Félix Maritaud que cuando comenzó el rodaje de la película acababa de ser protagonista de 120 pulsaciones por minuto, su presencia, su modo de actuar, en esencia, nos lleva a otra época en la que una cierta cinematografía adoptaba una actitud anarquista como forma de oponerse a unos estándares que nos han conducido a la sociedad actual. Por ello, los personajes de esta corriente, tenían la misión de sobrepasar la realidad. No porque su destino fuese trágico, sino porque perseveraban en trascender la mediocridad que suponía perseguir un estatus fijado, un orden impuesto, una meta que llevaría al colapso. La intención era claramente política y esto tuvo una repercusión importante que sin embargo, apunta directamente a la sociedad de las desigualdades de hoy.
Sauvage, como su título indica, sigue estos rastros como si quisiera poner una venda en los ojos al espectador, cuando el mundo sobreinformado de hoy nos permite ser, a pesar de las trampas, mucho más críticos con lo que vemos. Puesto que los recursos a nuestro alcance son prácticamente inabarcables, aunque haya un empeño constante en tutelar y orientar hacia determinados fines, somos menos ingenuos como para que la idea de un cine puro en los ideales, no busque puntos de vista antagónicos. Dicho lo cual, el personaje de Mona en Sans toit ni loi sigue pareciéndome totalmente contemporáneo porque Varda tenía más clara su perspectiva y el destino fatal al que apuntaba ya desde el principio, truncaba cualquier signo de benevolencia.
Félix Maritaud, en Sauvage, sobresale como una bestia tremendamente humana
Vidal-Naquel tendría que haberse fijado, por lo demás, en una idea de contemporáneo, a la que por ejemplo se ha acercado con una honestidad brutal Ira Sachs en Keep the Lights on, naturalizando y buscando las sombras de los vínculos emocionales y sexuales, sean de la naturaleza que sean. La ópera prima de Vidal-Naquel, no obstante, es magnífica en su forma de acercarse a las escenas y los personajes, cámara en mano, que permite hacer honor al título. Salvaje. La brutalidad con la que se observa es animal. No tanto por cómo la cámara se acerca a los cuerpos que se retratan con una clara convicción de culto a la belleza, sino por cómo se observan las decisiones de su protagonista y los riesgos que toma. Absolutamente desinhibida y provocadora, sin embargo, la aparente gratuidad de ciertas escenas queda solapada por el desenvolvimiento de sus personajes y sus caracterizaciones que buscan, al margen de sus protagonistas, abarcar un espectro bastante realista que contempla la vejez y la discapacidad.
Entre este abanico de personajes que entran y salen, Félix Maritaud, como una bestia tremendamente humana por su notable grado de benevolencia infantil que lo coloca fuera del juego social reglado, destaca como un actor que enamora a la cámara. Irreconocible con respecto a 120 pulsaciones por minuto, a pesar de que en ambas películas interpreta a un personaje gay, se descubre como uno de los actores más sobresalientes del cine francés actual.
Tráiler de Sauvage | StyleFeelFree Youtube
Léo es un veinteañero que ejerce como chapero en las calles de Estrasburgo junto a su mejor amigo, por el que siente algo especial. Ambos se prostituyen con hombres, pero sus metas e incluso sus preferencias sexuales, son totalmente distintas. Mientras Léo solo piensa en el momento presente, su amigo Ahd tiene claro que vender su cuerpo en las calles es solo un trabajo temporal.
Título original: Sauvage
Duración: 99 minutos
Dirección: Camille Vidal-Naquet
Guion: Camille Vidal-Naquet
Fotografía: Jacques Girault
Dirección artística: Charlotte Casamitjana
Vestuario: Julie Ancel
Música / banda sonora: Romain Trouillet
Montaje: Elif Uluengin
Reparto: Félix Maritaud, Eric Bernard, Nicolas Dibla, Philippe Ohrel
Distribuidora en España: Elamedia Estudios
Fecha de estreno en España: 14 de junio de 2019
Nominaciones:
Festival de Cine de Cannes (2018): Nominada al Gran Premio de la Semana de la Crítica, al Golden Camera y al Premio Queer Palm
Chicago International Film Festival (2018): Nominada al Premio Gold Q-Hugo
Premios César del Cine Francés (2019): Nominada al Cesar a Mejor Primera Película
Premios:
Festival de Cine de Cannes (2018): Premio Louis Roederer Foundation Rising Star
Jerusalem Film Festival (2018): Premio FIPRESCI a Mejor Primera Película Internacional
Festival de Cine Europeo de Sevilla (2018): Premio Ocaña