By the Name of Tania | La realidad representada | DocumentaMadrid 2019 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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En ‘By the Name of Tania’ Mary Jiménez y Bénédicte Liénard recrean una realidad poetizada para poner imagen y voz a lo que no se puede registrar

Hay formas de realidad que solo se pueden representar. El documental entendido como un dispositivo que captura la imagen, la voz y el acontecimiento real, no siempre es posible. La representación de unos hechos de los que se tiene certeza a través de los testimonios que corroboran un relato, se presenta como un desafío que superar para privilegiar la verdad, para denunciar lo que no se ve, lo que la cámara no puede registrar. Además, para indagar en psicologías que explican los recovecos de la conducta, ajustándose a lo inaceptable de las políticas del cuerpo, obligadas por otros. Encarar a así un documental supone enfrentarse a los modos de la ficción, pero teniendo en cuenta que se tiene que hacer justicia a una verdad incómoda que merece un respeto en la forma.

Mary Jiménez y Bénédicte Liénard encaran así By the Name of Tania, conscientes de la responsabilidad que exige hablar de la prostitución obligada en primer término, y de la esclavitud del cuerpo que acaba eligiendo vivir una vida que ya no le pertenece, en un cuerpo que no le pertenece. La protagonista es, en realidad, un ser anónimo. Su nombre no importa, o no más que la ropa que le obligan a llevar. Pero este nombre, Tania, acaba ocupando un lugar relevante en el filme porque a través de él se construye un relato otro, de dignidad, en el que se busca entrar en el terreno de lo psicológico. ¿Cómo es posible que la mente, aceptando que el cuerpo es dócil, acabe asimismo adaptándose, resignada, a un entorno tan hostil? ¿O es solo el cuerpo, y sus células, diseñadas para sobrevivir?

By the Name of Tania es pródiga en buscar respuestas en un marco de evanescencias lúcidas que escuchan los secretos del río y los renuevan en una poderosa liturgia de la imagen que transforma la imagen paradisíaca de la Amazonía en Madre de Dios (Perú) en una realidad de mujeres prostituidas y hombres esclavos de su deseo. A la cuenca del Amazonas peruano los hombres llegan buscando oro, y acaban siendo tan esclavos del cuerpo como las mujeres que surcan el río engañadas por las mafias. Todos son víctimas de estas redes que trafican con lo humano, sabiéndose conocedoras de las limitaciones y vulnerabilidad de la mente y el cuerpo. En el momento en que estas personas han dejado de ser y aceptan esta inexistencia vital, en realidad se observan no tan distintos a la mayoría de nosotros, a pesar de la visible tragedia que soportan. Esclavos como somos de las cosas de un mundo que nos exige ser productivos para alimentar sus poderosos tentáculos.

En los modos libres de trabajar de Mary Jiménez y Bénédicte Liénard que no fuerzan nada, que se dejan arrastrar por la corriente del río, hasta ver dónde les lleva el relato, es donde esta película se crece. Y asistir a este crecimiento prodigioso que parte tan solo de lo oral, del relato compartido, de las fuentes que cobran vida en un rostro de mirada profunda, es algo extraordinario. Aunque es común encontrar en el documentalismo actual esta tendencia hacia la representación o, en otros casos, la intervención, no siempre se consigue conectar con el espectador como ocurre en By the Name of Tania. Cuando la meticulosidad performática que reconstruye el relato rehúye a los públicos, como ocurre en otras formas documentales de representación, no es tan fácil entrar en la película y descubrir, más allá de la historia, aquella que te incluye. Precisamente aquí, al contemplar las imágenes del carnaval entendemos la complejidad y transformismo animal, de un mundo incoherente en el que nos pisoteamos los unos a los otros sin piedad, por instinto de supervivencia.
 

Tráiler de By the Name of Tania | StyleFeelFree Youtube