A la vuelta de la esquina | Sombras y resplandores de lo cotidiano 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Thomas Stuber en ‘A la vuelta de la esquina’ convierte el cine en un lugar mágico donde la realidad más sombría encuentra sus momentos de resplandor

Con motivo de la 18 edición del Festival de Cine Alemán 2016 tuve la ocasión de acercarme al trabajo de Thomas Stuber que ahora estrena A la vuelta de la esquina [In The Aisles en su versión inglesa]. En aquella ocasión presentaba la película Herbert que resultó ser una de las joyas del festival con la impresionante interpretación de Peter Kürth con quien ahora vuelve a repetir, acompañado de Franz Rogoswki [Victoria, En tránsito, Happy End] y Sandra Hüller [Toni Erdmann]. Curiosamente Herbert no llegó a las salas de cine españolas, a pesar de su enorme complejidad emocional, muy bien satisfecha en una narratividad que ya es seña de la casa en su combinación de un sórdido realismo que teje con una mirada poética que abarca todos los recorridos.

Los canales de distribución no dejan de ser una incógnita para mí, y a decir verdad me resulta chocante, por ejemplo, que se estrene tanto cine francés y tan poco cine alemán, una cinematografía bastante más desconocida que de vez en cuando ofrece destellos arrolladores de verdades convulsas, por explorar. Este es el caso de A la vuelta de la esquina. Desde su primera escena la cámara nos descubre las entrañas de un hipermercado en las pocas horas en las que duerme, con su almacén con enormes estanterías, sus largos pasillos, su meticuloso orden. Para esta presentación espacial suena música de vals. Pronto reconocemos que se trata del célebre El Danubio azul de Johann Strauss que nos invita a ver ese espacio de otra forma, como un lugar donde la vida sucede, la vida haciéndose, explorándose en las relaciones de persona a persona. Porque los personajes [insuperable Franz Rogoswki en cada gesto] son el tejido que convierte esta cinta en el sostén para la supervivencia.

Tanto la música como el sonido son magníficos, llegando a ser incluso mecanismos temáticos. De pronto, el ruido de las olas del mar emerge en este lugar tan claustrofóbico, invitando al espectador a ser partícipe de las revelaciones interiores que tienen los protagonistas. El trabajo aquí, al contrario de cómo se manifiesta en la pieza de teatro Muerte de un viajante de Arthur Miller se convierte en un flotador salvavidas, aunque la tragedia se percibe en el aire, en una danza a tres tiempos. La que protagoniza Christian [Franz Rogoswki], la dedicada a Marion [Sandra Hüller] y el sorprendente epílogo con Bruno [Peter Kürth]. Entre estos tres caracteres se establece un triángulo fraternal que pasa de la complicidad paterno-filial al amor romántico que pretende sobrevivir soñando un mundo nuevo y mágico a su alrededor.

Extraído de una pequeña obra literaria de la colección de cuentos Todas las luces de Clemens Meyer, el guion de A la vuelta de la esquina es mucho más complejo de lo que cabría de esperar, de ahí el paralelismo con la escritura de Miller, en su interés por lo humano que toma un cariz íntimo por medio de una voz en off que parece leer un diario personal. “Cuando salíamos del hipermercado al terminar el turno, afuera todo era diferente. Cuando cada uno volvía a su vida era como si todos cayéramos en un profundo sueño y regresáramos a casa al día siguiente”, escuchamos de su protagonista.

Tras la decisión de elegir estas vidas rotas y vacías que Thomas Stuber nos presenta, está la de acercarnos a personas comunes, en su trabajo diario, a menudo olvidadas por el cine. Pero lo verdaderamente milagroso no es tanto su retrato efectivo y punzante como la propia existencia, sino su afán de trascender esto hasta transformarlo en un realismo poético que ilumina las zonas en penumbra. Lo mágico se entremezcla así con lo real en una espiral que se une silenciosamente a la filmografía de Aki Kaurismäki o Roy Andersson, realizadores a los que Stuber confirma como referentes. Todos ellos tienen algo en común, la certeza de que la cruda realidad no puede ser presentada como tal, sino envuelta en la magia de lo cinematográfico que transforma la mirada, que invita a cuestionar lo que vemos.
 

Tráiler de A la vuelta de la esquina | StyleFeelFree Youtube