Jaulas | Salir de la jaula 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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La liberación empieza por uno mismo y en ‘Jaulas’ se ve que a Nicolás Pacheco le falta todavía un poco de aire

Hacer un paralelismo de la opresión de la mujer en su propia casa con los pájaros encerrados en jaulas, es muy apropiado en la ópera prima de Nicolás Pacheco. En Jaulas hay mujeres que quieren ser libres y para ello se recurre a la fábula que asienta sus bases en una realidad indefinida. La película se localiza en un asentamiento chabolista del sur de España, pero no sabemos fehacientemente quienes son los retratados y donde ubicarlos con precisión. Gitanos o payos, lo que sí sabemos es que la estructura familiar que componen es abusivamente patriarcal.

Pacheco no parece querer someter su película al escrutinio de nadie, lo que aparentemente le importa es el enfoque y la estética a expensas de una historia que pierde su fuerza inicial para acabar contaminada por los géneros. De primeras, dicha orientación de sesgo preciosista que comporta una exaltación al desarraigo genera ciertas expectativas. Quizás la rápida asociación con Emir Kusturica lejos de levantar sospechas, resulta atractiva. Aunque luego se observa que la reciprocidad con el cineasta serbio va más allá de lo meramente artístico, tras las primeras escenas se mantiene la incertidumbre. ¿Será capaz de renovar el estilo del autor de la fabulosa El tiempo de los gitanos, para adaptarlo a paisajes geográficos y sociales similares? La respuesta, lamentablemente, es que no.

La falta de pericia de Jaulas solo es excusable porque Nicolás Pacheco está buscando su lugar, husmeando en el cine que imagino le gusta. En Jaulas hay una aproximación a Emir Kusturica, que se descubre referencial no solo desde lo estético sino desde lo argumental e incluso teniendo en cuenta los perfiles de los actores. También se evidencia cierto parentesco con Javier Fesser en el Milagro de P. Tinto porque hay un tímido acercamiento a un surrealismo que se derrite tras el primer contacto. Buenos puntos de partida para sobrepasarlos, pero que aquí no llevan a ningún camino personal, acabando por convertir la cinta en un juego que se enreda en el entretenimiento sin avanzar, al cultivar la adrenalina y un humor deslucido que mide sus fuerzas con el drama. A este respecto prefiero no seguir con las comparaciones, porque no tienen mayor interés. Las intenciones no obstante son buenas, la dirección de actores es destacada y la ambientación funciona. Aunque no sea especialmente fresca, hay una tintura cromática que resulta sugestiva. Habrá que esperar y ver cómo evoluciona Pacheco. Veremos entonces si es capaz de salir de la jaula en la que parece estar encerrado. La liberación empieza por uno mismo.
 

Tráiler de Jaulas | StyleFeelFree Youtube