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Memoria de una interacción con la obra Breathing Spell de Nairy Baghramian. 22: 45 a 23:00 horas en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro. Viernes 31 de septiembre de 2018
¿Hay algo más expuesto a la mirada, reconociendo real lo que ve, que una arquitectura traslúcida? El Palacio de Cristal del Parque del Retiro tiene esta característica. Y sin embargo, a pesar de su condición liviana, resulta complejo apreciar realmente lo que es en lo que fue, o lo que representa en función de las obras de arte que por mediación del Museo Reina Sofía modulan su significado, dependiente de la condición vidriosa y surcada por nervios de metal de este edificio. Complejidad que deriva de una experiencia modulada por la percepción subjetiva, caprichosa y susceptible, que nos fuerza a vivir en un mundo de crepúsculos, espejismos, equívocos, certezas ambiguas y endebles, ante otras que tienen que callar para sostener esa verdad que evita que todo se desplome, para volver, indefectiblemente, a levantarse. El mundo, como expresaba Manoel de Oliveira en Lisbon Story de Wim Wenders, “es una ilusión”. “La única cosa verdadera es la memoria”, declaró entonces. Y sin embargo esa memoria “es una invención”, reflexionaba.
Memoria repleta, en el ahora, de imágenes borrosas que componen vestigios de lo que pensamos fue. Signos ya gráficos de un gesto que si perdura es porque en algún momento fue impulso de lo imperceptible en el plano físico y en el mental, pero articulado por ambos. Buscamos sintetizar lo abstracto, quedarnos con lo esencial. Precisamos de ecuaciones sencillas para desenvolvernos en el día a día, pero la simplificación solo es posible a través de la reducción de un todo, repleto de todos, que varían según las diferentes latitudes espacio-temporales en las que opera lo físico. En este sentido, apreciar la instalación escultórica Breathing Spell (Un respiro) de Nairy Baghramian en el Palacio de Cristal, cerca de la medianoche, me resultó concluyente para activar los significados (de la propia obra y de la obra en la obra que es al mismo tiempo sede institucional).
Instalación de Nairy Baghramian en el Palacio de Cristal | Foto: © StyleFeelFree
Cubículo de enunciados y sin embargo completamente desnudo, a la intemperie ante la áspera y profunda mirada de Nairy, el Palacio de Cristal transformaba el paisaje, a esa hora del día, en un no-lugar fantasmal de espacios intersticiales. Apariencia vacía del vacío que dejan las zonas industriales, las arquitecturas de departamentos abandonados que llevan a los catálogos de armazones industriales de Bern & Hilla Becher; a la trilogía de la carretera de Wim Wenders, influenciado así mismo por la Escuela de Düsserdolf; incluso a la Nueva Objetividad de August Sanders. Modelos que se fraguan como referencia en esculturas expandidas, en un espacio y tiempo variable, que definen la mirada de un momento no decisivo.
Nairy Baghramian trata de desnudar, con la instalación Breathing Spell, un mundo de apariencias
Vemos. Cachibaches arquitectónicos, soportes necesarios para una funcionalidad estética, que es en lo que reparamos. No aquí. Nairy Baghramian descubre lo que hay bajo la epidermis, llegando a los vasos sanguíneos que transportan lo que necesitamos para vivir. Mostrando lo que está oculto, evita lo accesorio. Y sin embargo cae inevitablemente en lo accesorio al convertir las zonas de paso en principales. Invitación a reflexionar sobre las disputas entre lo exterior y lo interior, la apariencia y una realidad instrumental que maniobra en un subterráneo opaco que aunque no vemos, es fehaciente, a gran escala, del mundo en el que vivimos. Conexiones. Desconexiones. Idas y venidas. Trueques… Ante este panorama, efectivamente un respiro, como propone Nairy Baghramian es lo que nos hace falta. Una bocanada de aire profundo que busque ordenar las cosas en un mundo de apariencias que Baghramian trata de desnudar, desde dentro hacia fuera, o a la inversa.
No obstante, la escasa luz de la luna y la engañosa iluminación artificial evitaba apreciar fehacientemente las conexiones dentro-fuera, con lo cual también era difícil hacer paralelismos con la esquelética infraestructura mecánica del Centro Pompidou de Renzo Piano y Rogers. La sensación privilegiada de estar dentro-dentro, en un lugar que poco a poco se abría a su descubrimiento, convertía la obra en estricto trabajo-residual, a penas apreciable a primera vista, pero fundamental como iconografía de una sociedad mercantilista que evita nombrar los medios, pero se vanagloria con los logros. No hay logros visibles. Pero los medios, descalificados para el fin, cuando son apreciables sus manchas, sus empastes y protuberancias anómalas, destellan ante la mirada impávida del que mira lo que está a punto de clausurar para dejar paso a lo nuevo. En este caso, la descomunal artillería de Jaume Plensa que se presentará el próximo noviembre, en el mismo recinto para el arte contemporáneo.
Sin rastros, aparentemente, de semejanzas con el constructivismo límpido de El Lissitzky, las mecánicas atávicas y disfuncionales de Picabia o el minimalismo estadounidense, Breathing Spell invitaba, en aquel momento, a una búsqueda de esa verdad subjetiva que habita en las sombras y que es la única que puede mostrarnos el camino secreto a casa, al hogar donde habitan nuestros verdaderos sueños y pesadillas. Atravesados de pasadizos los unos, y obstáculos, los otros. Antes de que no quede lugar donde guarecerse, porque todo sean urnas de cristal que no sirvan ni tan siquiera para el propósito que fueron diseñadas.
Detalle de instalación de Nairy Baghramian en el Palacio de Cristal | Foto: © StyleFeelFree
Título: Breathing Spell (Un respiro)
Artista: Nairy Baghramian
Coordinación: Soledad Liaño
Lugar: Palacio de Cristal. Parque del Retiro
Fechas: 17 de mayo de 2018 – 14 de octubre de 2018
Precio [entrada a exposición]: libre y gratuita