Las distancias | Falsas expectativas 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Bajo una atmósfera gélida ‘Las distancias’, de Elena Trapé, crea en su desenvolvimiento cierta desilusión meditada que escenifica un retrato generacional frustrado en sí mismo

Elena Trapé hace honor al título de su nuevo largometraje de ficción después de Blog. En Las Distancias se perciben distancias. Infranqueables. Distancias que hablan de falsas expectativas, de esperanzas truncadas, de desilusiones. Retrato de una generación marcada por la crisis que ha cruzado fronteras con la perspectiva de alcanzar un sueño, a veces impreciso, cuando las expectativas personales, las sociales y las que proyecta para cada uno de nosotros un neoliberalismo engañoso, no son concordantes entre sí.

Las distancias también tienen su propia estación, el invierno en un Berlín que congela los gestos de un reparto coral que no busca la empatía con el espectador, no sabiéndose observado. Es por ello que la propuesta de Trapé se percibe distante en escenas que se suceden atropelladas, que avanzan rápido, y sin embargo, finalmente, no avanzan, quedan estancas. Todo es una ilusión. No quieren llegar a ningún lugar sino al punto de partida, a un retorno que vuelve a empezar. Con un estilo amateur que no obstante no se acerca, es una propuesta que toma la temperatura para crear un clima, aunque sería mejor considerarlo un microclima que absorbe a todos los personajes dejándolos al mismo tiempo aislados.

Si bien el guion no plantea ninguna circunstancia especialmente significativa, a pesar de estar atravesado de acontecimientos, en cambio se sabe situar, concebir un ambiente que estaciona la decepción, la frustración, los grises de la vida que no plantean posibilidades sino huidas. En este sentido Las distancias es un ejercicio interesante que se emparenta con un nuevo cine catalán que capta un realismo de afinidades generacionales de sello femenino, del que también hizo gala, entre otros filmes, Las amigas de Àgata, dirigida por Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen. Con todo, Las distancias, en su desenvolvimiento introduce también cierta desilusión, una sensación de falsas expectativas. No en sí por lo circunstancial, sino por sus dinámicas que no acaban de ser lo suficientemente transparentes o tangibles. Tal vez, esta era la intención. Dejar a ciertos espectadores frustrados al verse reflejados en un retrato que no aspira a ser lo que podía ser, sino su imposibilidad. La imposibilidad de formar la representación nítida de una generación del desencanto, a la sombra de una crisis no solo económica, sino existencial. El abanico que podría verse reflejado en esta foto de grupo es tan amplio, que acotarlo, sería tratar de cercar unas distancias previamente delimitadas.
 

Tráiler de Las distancias | StyleFeelFree Youtube