La Chana | Bailar lo biográfico 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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El documental sobre la bailaora de flamenco conocida como ‘La Chana’ entra en la intimidad de la artista para hacer visibles los aspectos vitales que marcaron su trayectoria profesional

Existen documentales difíciles de por sí, porque los intrincados relatos que se quieren sacar a la luz exigen de una narrativa compleja que no puede perderse en ininteligibles declaraciones, pero sí en dinámicas estructuras que hagan ameno lo que se cuenta, si se quiere llegar a una nueva audiencia más acostumbrada a navegar que a contemplar y reflexionar. Otros proyectos documentales, aparentemente, si aprovechan el brillo de un personaje arrollador, del que poco se ha hablado más allá de su faceta profesional, lo tienen más fácil. Si no dejan escapar la oportunidad de entrar en la intimidad de la figura pública que retratan, para mostrar sus recovecos que ilustran la historia de una trayectoria profesional que de pronto se ilumina, porque queda explicada en la destreza instrumental que se aprovecha para enfatizar los detalles que exponen convincentemente lo profesional a través de lo vital.

Lucija Stojevic, realizadora del documental La Chana, sabe de antemano que La Chana es un personaje total [en el mejor sentido] y también se da cuenta de que para desenmascararlo precisa conectar con Antonia Santiago, la identidad registrada en su dni. Entrar en su casa. En sus cosas. Escucharla, como lo haría un psicólogo. Y sacar del baúl todos los recuerdos que pongan de relieve su trayectoria como bailaora de flamenco. No es que La Chana utilizase precisamente máscaras para actuar. Al contrario, se las quitaba bailando. A través del flamenco canalizó su infierno de vida privada y conectó con el público, convirtiéndose en una de las artistas más aclamadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo. Sin embargo, en la cumbre de su carrera se retiró porque el infierno acabó devorando al paraíso. Todo esto se explica en el documental que lleva su nombre artístico. Antonia Santiago se desnuda. La máscara que utilizó en su vida ordinaria ahora cae. Lo significativo del documental La Chana, es que Stojevic aprovecha esta desnudez no solo para hacer un retrato extraordinario de una de las bailaoras de flamenco más importantes de todos los tiempos, sino también para hablarle directamente al espectador. De la posibilidad de superarse reinventándose, del sacrificio, del desgaste del cuerpo a medida que pasa el tiempo, de la violencia machista que sufren muchas mujeres; y por encima de todo, de la expresión artística como canal narrativo que explica la biografía personal sin necesidad de palabras. En este sentido, la realizadora de La Chana, que ha logrado que su cinta se cuele en los Premios del Cine Europeo de este año, consigue que el brillo del personaje que retrata no se pierda, porque su biografía, narrada a viva voz, está conectada con los recuerdos que se proyectan a través del archivo.
 

Tráiler de La Chana | StyleFeelFree Youtube