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Con el verano a la vuelta de la esquina, el crochet gana puntos, no solo por estilo, sino porque resulta ser una forma de ocio asociada a un estilo de vida en el que tú decides
Vamos a la carrera, por eso, al final, el estrés acaba por pasarnos factura. Y mientras, sentimos que nuestra vida está manejada por otros invisibles que nos dictan qué hacer con nuestro tiempo. En esta vorágine de vivir rápido para fomentar un mundo cada vez más desigual, volver al Do it yourself, como propone la tendencia del crochet, es una forma de recuperar nuestro tiempo, pero también de bajarnos de un sistema que nos exige entrar en una espiral de consumo en la que el valor de las cosas tiene pocas probabilidades de superar los 15 minutos de fama de los que habló Andy Warhol cuando el pop comenzaba a levantar el vuelo.
Estamos en otra época. El pop es un movimiento que tuvo su auge en los sesenta, una década en la que junto a este, los movimientos sociales y las contraculturas empezaron a tomar un auge que siguió fuerte en las décadas siguientes. ¿Por qué entonces volvemos a recordar una y otra vez, a través del vestir, la segunda mitad del siglo XX? Nunca antes habíamos experimentando una necesidad tan fuerte de mirar hacia atrás como en esta década. Quizás, aunque solo sea inconscientemente, sentimos que nuestra vida se precipita, mientras estamos inmersos en un mundo donde se ha perdido el contacto directo con la realidad y el siglo XX nos parece un siglo extraño, al menos para los más jóvenes, donde el contacto era real. Ahora, nos comportamos como robots pegados a un smartphone que nos controla. ¿La mensajería instantánea y las redes sociales son en realidad una forma de conectar o de control social?
CLAVE:
Márcate un top de crochet para ir de festivales, a ser posible, hecho a mano. Nuestra apuesta para este verano, de estilo hippie y rayas multicolores
Por probar, podríamos tratar de recuperar un espíritu de libertad hippie que reivindica nuestro tiempo, para dedicarlo a actividades que fomenten el encontrarse con uno mismo o con los demás, como proponían los Stitch’n Bitch, los grupos sociales organizados para tejer en comuna, vueltos a recuperar por Anne Macdonald a finales de los ochenta en su libro Social History of American Knitting. Tejer. ¿Suena raro? No tanto, visto el interés que está levantando en Instagram. Algo que es productivo e improductivo al mismo tiempo, ya que la cadena del low-cost ha tratado de fomentar la idea de que las labores consideradas femeninas son una pérdida de tiempo. Muy por el contrario, hoy en día son incluso una forma de resistencia, de organización y de dignificación de las labores creativas y artesanales que nunca han sido valoradas, salvo por el movimiento del arts & crafts.
Tendencias moda primavera-verano 2017: crochet | StyleFeelFree
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