La profesora | La deriva de la moral 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Aunque inspirada en los años ochenta durante la administración socialista del Bloque del Este Europeo, ‘La Profesora’ conecta con la actualidad porque, como en ‘Los exámenes’ de Cristian Mungiu, el tema central gira en torno a las corruptelas humanas

Con un equipo artístico formidable que no obstante se excede, por cuestiones de guion, en el énfasis de una dignidad de sello masculino, La Profesora, del checo Jan Hrébejk plantea, como en Los exámenes   de Cristian Mungiu, debates que conciernen a la moralidad. En una sociedad, la actual, en la que el placer inmediato es lo único que aparentemente tiene valor, poco importa si las conductas son o no éticas, cuando el propio individuo es incapaz de alcanzar a ver las consecuencias de sus acciones, o de alcanzar a verlas, poco parecen importarle si no le repercuten materialmente. Es por ello que aunque La Profesora  esté inspirada en hechos acaecidos en la década de los ochenta, en Checoslovaquia _ si bien la película finalmente se rodó en Eslovaquia por cuestiones de producción _  fácilmente se pueden extrapolar al momento actual, no tanto los hechos en sí, atribuidos a unos determinados personajes, en un contexto determinado, como los dilemas generales que surgen y que atañen al modo en que nos relacionamos diariamente, contribuyendo con nuestros actos a que la sociedad sea como es.

Lo circunstancial es en cambio una de las bazas de La profesora  que se nutre de un excelente diseño de producción, vestuario y composición que consiguen penetrar en un ambiente y época determinados que entra de lleno en la primera toma de contacto, retrocediendo la mirada a unos años en los que el mundo estaba dividido en dos bloques determinados por la OTAN y el Pacto de Varsovia, o lo que es lo mismo, por los países aliados de EEUU que defendían el capitalismo; y los países que gravitaban en torno a la URSS, bajo su régimen comunista.

Las cintas que como La profesora, inciden en un periodo determinado, entrando en sus complejidades, son un testimonio fehaciente que nos hace retroceder en el tiempo para ver el punto en el que nos encontramos, para ver lo que fue, lo que es y lo que podría ser. Y lo que vemos es que aunque durante los años 70 y 80 del pasado siglo hubo una importante diáspora científica e intelectual checa y eslovaca que nos deja tras de sí importantes obras referidas al exilio como La insoportable levedad del ser  de Milan Kundera o El fin de unas largas vacaciones de Pavel Kohout, tema que también recoge sucintamente la película al hacer visible la situación de los científicos que se quedan y los que se van; el mundo a pesar de los contextos políticos y económicos, y la enorme evolución tecnológica, no parece haberse transformado tanto. Cambia lo circunstancial, se renuevan los personajes, se invierten incluso sustituyéndose las formas de autoridad, pero la humanidad no parece haber evolucionado lo suficiente. Seguimos moviéndonos por los mismos intereses y es difícil tomar decisiones valientes y justas que alteren, aunque sea ligeramente, la dirección de los acontecimientos, fomentando un mundo más habitable. Al menos el cine, la cinematografía de calidad, busca aportar su granito de arena a un caos que se mantiene en orden por esos pequeños actos que modifican la historia, si no la universal, la local.
 

Tráiler de La profesora | StyleFeelFree Youtube