Jackie | Sin empatía 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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‘Jackie’ parece ser un inciso en la carrera de un Pablo Larraín, hasta ahora, siempre brillante. Su elección de Natalie Portman para Jackie, acaba devorando una película planteada en torno a un personaje que no resulta empático

Jackeline Kennedy no destacaba especialmente por su belleza en una época en la que a las mujeres se las adiestraban para serlo. Pero su carisma y ambición la convirtieron en icono de un momento histórico que alcanzó dos décadas, de los sesenta a los setenta, con su estilo sobrio que inmortalizó vestida con las firmas de costura más suntuosas. Chanel, Dior, Givenchy, Balenciaga y Cassini, algunas de las más significativas. Sin embargo, en poco tiempo, pasó de ser la mujer más envidiada, como primera dama de los EEUU, a la más compadecida. Su imagen cambió tras el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, un día señalado en la historia, el 22 de noviembre de 1963 en unos años sesenta, en Norteamérica, muy turbulentos políticamente que acabaron con la vida de varios líderes políticos. Además de J.F.Kennedy, su hermano Robert F. Kennedy y otras imprescindibles figuras que lucharon por los derechos civiles como Malcolm X y Martin Luther King.

Pese a la tragedia, Jackie sobrevivió y no quedó en el olvido. Su miedo, precisamente, a quedarse en el destierro involuntario de la vida pública que parecía adorar junto con su gusto por el lujo, la hicieron renacer de sus cenizas para conquistar al que por entonces era el hombre que acumulaba la mayor fortuna del mundo, Aristóteles Onassis. Sin embargo, estas cuestiones tan radiales, Pablo Larrain, en Jackie, las aborda sin entrar de lleno, sin atisbo de crítica, como buscando la complacencia de la audiencia estadounidense más puritana. No obstante, el realizador chileno ha elegido solo un capítulo de su ajetreada biografía para tratar de descubrir a la mujer detrás del personaje público. El que haya sido posiblemente el episodio más triste de su vida, el asesinato de su marido, es el detonante que sirve para acercarse a una mujer que demostró una sólida entereza presidiendo el desfile que acompañó el féretro del presidente de los EEUU.

Una cinta que evita la historia para centrarse en el personaje solo tiene una opción, conseguir que este sea soberbio. Natalie Portman demuestra tener tablas, pero tal vez demasiadas. Su celebridad acaba chocando con la celebridad del personaje que interpreta. De hecho, la gran actuación de Portman en Jackie, a veces sobreactuada, otras más conseguida, si bien insinúa a la mujer que fue Jackeline Kennedy, no acaba de surtir efecto porque no contagia emoción alguna en una película poco original, con un guion políticamente correcto y metódico que sitúa el metraje como un incidente en una filmografía, la de Pablo Larraín, radiante. Aquí se aleja en exceso de sus hilarantes y extraordinarias óperas primas, escritas por él, las más sobresalientes de su repertorio. Incluso se distancia de su última película, Neruda, en la que ya había un brillo más espectacular que en cambio, no le superó como cineasta. Al contrario, supo mantener una fina ironía, una sombra de duda que no aparece en Jackie.

Al margen, hay detalles en Jackie  que sí sobresalen. El vestuario y el diseño de producción logran una atmósfera creíble. Pero sobre todo, de Jackie  rescataría a unos personajes secundarios más interesantes que el interpretado por Natalie Portman. Entre otros, destacaría a un formidable John Hurt, recientemente fallecido, que nos devuelve una mirada más humana en un tipo que recuerda al interpretado en Disparando a perros, de Michael Canton-Jones, que acaba de estrenar Urban Hymn  en las salas españolas.

Habrá que esperar, después de este inciso en la filmografía del director de El Club, como prosigue su camino. De momento, sigo dándole vueltas a esta Jackie. Trato de despejar la equis que hubiese evitado este guion tan esquelético que recurre a la entrevista para lanzar necesarios flashbacks. ¿Quizás otra actriz, se me ocurre por ejemplo Rachel Weisz, hubiese funcionado mejor? Ahí lo dejo.
 

Tráiler de Jackie | StyleFeelFree Youtube