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Con la paulatina reincorporación al armario del todopoderoso negro resuelto en siluetas amplias, el nuevo mourning dress, de inspiración victoriana, se puede llevar todo el día, independientemente de que sea, o no, una ocasión especial
El Health Goth revolucionó hace dos años el Tumblr anunciando así un lánguido desvanecimiento del color, que ahora deja sus mejores versiones, en riguroso negro, en los vestidos de fiesta para mujer. Ello anticipa la extinción de una etiqueta que empieza a desfallecer con la aparición de una fluidez en la silueta, así como con la incorporación de complementos todoterreno que convierten, por ejemplo, un elegante vestido de seda negra, en una opción perfecta también para el día. Inspirados en el mourning dress, atuendo que llevaban las viudas durante el período victoriano, ahora viste a mujeres que deciden cuándo y cómo llevarlos. Y sin responder a formalidades hasta hace poco, consideradas femeninas, como los zapatos de tacones desorbitados, poco propicios con unos tiempos que requieren un estilo de vida más vigoroso y menos representativo, con lo cual, la austeridad, que se evidencia cuando los escotes pierden protagonismo, las mangas crecen y los largos caen desde la rodilla hasta el suelo, es la huella visible de la contemporaneidad. El readaptado mourning dress recubre el cuerpo puesto que la desnudez pierde atractivo, siendo solo permisible en aberturas insinuantes e inusuales, pero no como reclamo de atención de una silueta que gana volumen anunciando que la elegancia solo puede ser, en la falta de intencionalidad al mostrar el cuerpo femenino.
El triunfo del negro a lo largo de la historia y sus significados
La veda para el vestido de implacable negro, lo cual no significa que este tono no sea rico en matices que van desde el negro de marte al petróleo, vuelve así a abrirse después de un siglo XX en el que Coco Chanel lo resucitó a mediados de los años veinte cuando este color estaba ya en desuso tras la popularización que ostentó en torno a 1900, cuando las clases mercantiles se apropiaron del negro hasta entonces solo reservado para las clases altas, por el elevado coste del tinte, y la existencia de leyes suntuarias.
Con la industrialización en el vestir a principios del siglo XX el color negro fue definitivamente accesible a todo el mundo por lo que también comenzaría a perder su símbolo de poder. Un dominio que recuperaría precisamente Chanel en los veinte descubriéndolo nuevamente con la sobriedad e informalidad que caracterizó su estilo. El negro fue desde entonces atravesando las décadas con más o menos presencia y sin perder su sello de respetabilidad, hasta ir poco a poco apagándose a mediados de los sesenta, cuando en cambio comenzó a ser símbolo de lo contracultural con la recuperación de este color por las nuevas tribus urbanas que le darían un nuevo significado. Por ello mismo, curiosamente en los ochenta, cuando parecía que había muerto definitivamente con la explosión de color que aconteció, otra mujer, en esta ocasión Rei Kawakubo, lo recuperó, no volviendo, salvo puntualmente, a prescindir de él.
Un presente negro
CLAVE:
El terciopelo o el satén son los mejores aliados para el nuevo mourning dress que desfila más liviano con mangas ampulosas y detalles sutiles
La nueva ola que atraviesa en estos momentos el negro vuelve también a rehabilitar la historia asociada al color más enigmático y prohibido. Con la vuelta a una sobriedad que ya venimos anunciado desde hace algunas temporadas puesto que el exhibicionismo llegó a alcanzar cotas máximas en la moda femenina, era necesario volver al negro, al negro nocturno al que tan bien le sientan las líneas informales de un nuevo mourning dress que recupera el brillo victoriano en vestidos que, en cambio, se adaptan al rigor de una época que precisa de libertad de miras para la mujer, libertad en las formas, para la libertad de movimiento en vestidos fluidos y ligeros que se inspiran tanto en el minimalismo monacal como en cierta estética más teatral o ceremonial, sin desestimar un grunge que sigue evidenciándose en los vestidos lenceros que complementan perfectamente con camisetas. Listas para la fiesta, de día y de noche, o lo que se presente.