Los exámenes | Los padres, los hijos, las mentiras y sus cómplices 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Cristian Mungiu en ‘Los exámenes’, traza su radiografía más minuciosa y aletargada, pero también la más potente sobre la sociedad contemporánea bajo la estructura de la familia

Siempre he pensado que tras la familia tradicional entendida como estructura donde se tejen las telas de araña que enredan a los padres con sus hijos en un caparazón que tiende a ser opresivo, se esconde el germen de la corrupción social. Erróneamente, no pocas veces los padres educan, o en el peor de los casos, adiestran a sus hijos, por amor (todo sea dicho), para que triunfen en la vida y puedan arrancar a la sociedad lo que esta les ha robado a ellos. Y cuando estos no responden a sus esfuerzos, quizás porque no siempre son tan excelentes como los padres quisieran, los progenitores son capaces de vender su alma al diablo por el bien de sus hijos. Las corrupciones a pequeña escala son a veces tan evidentes incluso en las sombras de aparentes verdades trucadas, que luego nos sorprendemos de que haya gobiernos corruptos, sociedades corruptas, mundos injustos.

Aparentemente, bajo esta misma apreciación Cristian Mungiu traza en Los exámenes  su película menos intensa, porque la realidad a la que recurre generalmente para plantearle al espectador debates sobre la moralidad, aquí se tensa, pero no llega a apretarse tanto como para dejar a los públicos en vilo como en Más allá de las colinas  o en 4 meses, 3 semanas, 2 días. De hecho, posiblemente este sea su relato menos dramático (a excepción de Historias de la edad de oro), aunque tras el tono pausado, el drama se aprecie en la desesperanza de una Rumanía que se contempla intransitable como en el excelente retrato de Occident,  su primer filme.

Los exámenes  se posiciona como una cinta compleja que analiza cómo pasa la vida en la más mísera rutina, cómo se desarrolla imperturbable mientras esperamos cambios transcendentales y cómo en este pasar, la familia es el único motor para la esperanza y para la lucha. A través de ella, en cambio, se construyen sociedades envenenadas porque como es apreciable, el fin, por la habitabilidad y bienestar familiar, justifica en muchos casos todos los medios. En cambio, Mungiu, consciente de estos procederes que afectan al tejido social modificándolo hasta su depravación, acaba diseñando para Los exámenes  un plan que da motivos para la esperanza. Al fin y al cabo, quizás el compromiso y los principios, aunque no sean muy valorados hoy en día, sean lo único que puedan darnos un poco de sosiego y paz en espacios conflictivos.
 

Tráiler de Los exámenes | StyleFeelFree Youtube