El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares | Tim Burton domesticado 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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La adaptación de ‘El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares’ a cargo de Tim Burton, siendo una película correctamente planteada, no deja lugar para la sorpresa o la reflexión

Cuando el capitalismo en el siglo XXI acabó por devorar todo lo pequeño y singular, una idea promovida al calor de pequeñas firmas, también acabó engullida por las grandes en tiempos de un apropiacionismo imparable: ser diferente, es importante; anunciaba el lema. Con lo cual, ser distinto resultó no parecer muy diferente a ser igual. Solo hay que ver en que derivó el fenómeno hipster, por poner un ejemplo. En este contexto, surgió el libro de Ransom Riggs, El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares  que ahora ya es una trilogía. La primera novela, publicada en 2011, se convirtió en un éxito mundial con gran rapidez, lo que confirmó que como eslogan publicitario, la idea de ser peculiar, cuando todo apuntaba a lo contrario, tenía su atractivo, aunque previsiblemente degeneró hacia un frikismo  que nada tenía que ver con ser especial de forma natural, sin obsesionarse por seguir tendencias o roles impuestos.

En El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, libro por el que pronto se interesó la Fox para llevarlo al cine bajo la batuta de Tim Burton, ser diferente en realidad radica en tener habilidades sobrehumanas, esto es, superpoderes. Recursos muy cinematográficos que son motivo de abuso en la película del director de Eduardo Manostijeras  que ahora se estrena y que acaba convirtiendo el filme en un producto entretenido, que aunque está bien construido por un elenco actoral en el que destaca su protagonista, Asa Butterfield, no deja de ser olvidable ya que se abusa de fórmulas llamativas que funcionan bien en la gran pantalla para grandes públicos acostumbrados a heroicidades que responden a clichés conocidos. Estereotipos que giran en torno a las relaciones, a aspectos que delimitan muy claramente el bien y el mal, o incluso a géneros, al presentarnos al personaje de Emma (Ella Purnell) como un ser que mientras en el libro tenía la habilidad de poner en llamas todo lo que tocaba, en la pantalla tiene el don de controlar el aire, lo que le da un aspecto excesivamente delicado y dependiente. Cambiando de ámbitos, el relato no deja lugar tampoco a planteamientos de otro orden que cuestionan al otro, al diferente, al peculiar, por razones que siguen siendo más determinantes en sociedades actuales como son las que tienen que ver con las diversas formas de pensar, sea referido a ideas de orden político, religioso o de cualquier otra índole. Ser diferente también implica pensar diferente, y sobre todo, pensar en libertad, sin coacciones, sin necesidad de tener que limitarse a pensar (no a aceptar los discursos de otros gratuitamente) en un espectro tendente a posicionarse en torno a blancos o negros para evitar el aislamiento.
 

Tráiler de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares | StyleFeelFree Youtube