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Después de un primer ep, Kweku Collins debutó con ‘Nat Love’ el pasado Abril. De este álbum ahora descubrimos en video ‘Stupid Rose’, un tema a través del que recomponemos las claves de una estética musical de genuina destreza visual y musical
Pongamos que Jimi Hendrix está vivo, tiene 19 años y está influenciado por la edad de oro del rap. Nos retrotraemos a los noventa pero seguimos en el presente ya que no es suficiente con volver atrás. La estética en todos los campos ha cambiado considerablemente a pesar de las reminiscencias de épocas que fluctúan componiendo atractivos collages en todas las áreas artísticas. Por eso, pongamos entonces que a esto le añadimos la energía de los sonidos jamaicanos de Bob Marley y Jimmy Cliff. Y además, casi imperceptibles resonancias metal tipo Metallica o más actualmente, Wolfmother, que se materializan más en lo estético. Gráficamente, esto nos sitúa en la estética de corte skater del Wassup Rockers de Larry Clark. Tenemos un retrato mental ambientado con sonido pero sin la influencia de la revolución digital social, no podríamos componer el puzle que nos devuelve la imagen de Kweku Collins desplegando un charme que es amor a primera vista.
Ahora damos al play en youtube o vimeo a Stupid Rose de Kweku Collins, su último vídeo presentado este mes de junio, y si una cosa tenemos clara es que es poesía musical de calle, simple y abstracta que conecta con la realidad más inmediata. La de su Evanstons natal, una localidad cercana a Chicago en la que hasta hace poco Collins estudiaba la secundaria mientras componía y producía su propia música con letras que hablan de su día a día de adolescente, algo que llamó la atención de Closed Sessions, su primer sello. Fue entonces, siendo estudiante, cuando tuvo que debatirse entre la música o proseguir estudios universitarios. La música que llevaba haciendo toda su vida por influencia paterna, un percusionista con el que aprendió a amar los sonidos tradicionales africanos y las técnicas latinas, finalmente ganó la batalla en forma de lp de título Nat Love. Un disco que nos deja tras de sí una estela de ritmos con connotaciones multiraciales asentadas en una base hip hop indudablemente mestiza. La vocación musical que se evidencia por todos los poros de la piel de Kweku Collins, es perceptible en la madurez y naturalidad de Nat Love que nos regala un Stupid Rose como himno musical de una nueva generación que se nutre de apropiaciones transformadas en un flujo de sensaciones fáciles de asimilar. Sonidos étnicos que nos invitan a un viaje que rápidamente nos retorna muchas imágenes, tantas como seamos capaces de meter en un tablero de Pinterest. De Mos Def a la recuperación del sonido Compton por Kendrick Lamar. Del mismísimo Jimi Hendrix a Tame Impala. Las comparaciones solo acaban de empezar y Kweku Collins, todavía un desconocido para el mainstream, ni siquiera ha despegado, pero el pleno es más que probable. Esperemos que cuando lo lance algún sello grande, no pierda su luz.