Desde allá | Gran nitidez en el fuera de foco 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Con su primer largometraje el venezolano Lorenzo Vigas construye en ‘Desde allá’ un vivaz retrato de opuestos que se entienden en las distancias. Un elocuente trabajo que mira de cerca al del chileno Pablo Larraín

Uno de los realizadores más contundentes de la escena latinoamericana actual es sin duda el chileno Pablo Larraín que ha construido junto a Alfredo Castro en la interpretación de todos sus largometrajes cinematográficos, a excepción de Jackie, su último filme de talante internacional todavía sin acabar, un universo tan singular como comprometido que abandera el cine de versión original en castellano al que ahora se le suma el venezolano Lorenzo Vigas con solo un largometraje en su haber. Y es que Desde allá, siendo una película que apura recursos de Larraín que incluyen la excelente elección de Alfredo Castro en un papel principal que parece escrito para él y la incorporación de Sergio Armstrong, director de fotografía de El Club y NO, consigue en cambio apuntar maneras personales de gran alcance que ganan enfoque en el desenfoque que utiliza Lorenzo Vigas no tanto como recurso estilístico sino como herramienta en la construcción de personajes, cuestión primordial en la película que marca a fuego un primer plano de inicio que ya apunta maneras de ese cine que sabe crear atmósferas que envuelven todo.

De esta manera, acercándose al espectador, seduciéndole con interesantes modos narrativos que en lo no explícito se adentran en un implícito que deja muchas puertas abiertas, justamente desde la distancia a la que hace referencia el mismo título; en su primer largometraje Vigas se sitúa en un meritorio lugar más por la forma de desenvolver una trama que en sí no es tan original, pero que en cambio se crece por como la presenta dejando espacio para muchos asuntos que quedan en la superficie. Desde el tema del conflicto de clases en la sociedad venezolana hasta el cómo es vista la homosexualidad en Venezuela, sin ser en cambio lo más fundamental de la película si buceamos en lo esencial: las relaciones que se abren paso como un torrente de energía caótica que, como espectadores, no sabemos hacia donde nos van a llevar o de qué forma se van a resolver. En Desde allá, estas relaciones interpretadas por el novel Luis Silva y el carismático Alfredo Castro, en su línea de personajes de fondo, complejos donde los haya como en Tony Manero, Post Mortem  o más recientemente El Club, todas ellas de Larraín, dejan tras de sí otros tantos y complicados asuntos en torno al individuo en sociedad desempeñando papeles asignados por las circunstancias que en el caso de Castro se explican además en las distancias, en el desenfoque, en el ver pero no tocar, en el dar pero no recibir, en esas distancias emocionales que se tejen con el desafecto y son difíciles de descomponer a medida que el tiempo avanza fosilizando los sentimientos, algo que es evidente en el personaje que interpreta Alfredo Castro en contraste con la pureza e ingenuidad de Luis Silva, descubriendo y apurando la vida. Estas diferencias son también las que exigen que en Desde allá  haya que enfocar y desenfocar para abrir extraordinarios espacios narrativos de gran fluidez que exploran en la imagen para dar nitidez a lo que formalmente se presenta desdibujado, dejando resquicios que formulan interesantes cuestiones pertinentes en sociedades contemporáneas.
 

Tráiler de Desde allá | StyleFeelFree Youtube