Pascale Marthine Tayou. La confrontación positiva 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Con la obra del artista africano Pascale Marthine Tayou el CAC Málaga hace una reflexión de la actualidad incidiendo en el mestizaje necesario para comprender y asimilar el mundo en el que vivimos

Una de las claves para entender el arte contemporáneo está en el antagonismo. Las diferencias, como soporte de nuevas realidades que además de explicar el mundo, son un reflejo ideal, que no idealista, del mundo que quisiéramos habitar, son las bases a partir de las que construir o explicar la realidad global. Muchos artistas actuales son conscientes de estas confrontaciones y tratan de lidiar con ellas desde una razón sentida que busca aunar los imposibles posibles para conformar potenciales hábitats que, tendiendo puentes a esto y aquello, armonizan en misceláneas vivaces, espléndidos lugares para el diálogo de opuestos. Desde esta posición Pascale Marthine Tayou entiende el arte según se puede apreciar en la muestra Miracle  en el CAC Málaga comisariada por Fernando Francés, director del museo. Una exposición que reúne 24 trabajos del artista camerunés residente en Bélgica, en los que se aprecian las diferencias culturales entre África y Europa que Fernando Francés explica argumentando que “la confrontación cultural es un ejercicio que Tayou realiza con la mezcla de ideas e hibridaciones imposibles. Cuando uno se adentra en su obra también hace una incursión en su diario de bitácoras: su vida en África y la percepción de Europa desde la distancia versus la vida en Europa y su percepción de África desde la distancia”.

Con esta disposición Pascale Marthine Tayou, enfrenta términos antagónicos. El lujo enfrentado a la pobreza; el poder, a la sumisión; la pureza, a la corrupción. Su interés en estos contrastes también se deriva a los materiales. Madera, acero, cristal, cerámica y elementos reciclados que plasman su interés por los objetos cotidianos, componen su obra. El caudal estético de Marthine Tayou es el resultado de su inclinación por las personas y las cosas en diferentes partes del mundo, así como su implicación espiritual con esos lugares de paso o residencia de los que extrae piezas, que unidas, son sinopsis artísticas del entorno habitado. No en vano se reconoce como viajero más que como artista. “Mucha gente que conozco piensa en mí como un artista, pero yo me veo como un viajero”, afirma.

Así, Marthie Tayou sintiéndose nómada “saca a la luz la globalización cultural” puntualiza Francés. Pero sin perder de vista de donde viene. “Por una lado aflora el pasado tribal del artista y por otro, los vestigios del poscolonialismo tardío”, explica el director del CAC Málaga. En esa acumulación también hay espacio para los movimientos migratorios como consecuencia de las crisis políticas, económicas o sociales. Sus obras, híbridas, adúlteras por compromiso con la realidad, invitan también a reflexionar sobre los problemas que son comunes a todas las personas sin importar su procedencia. Si bien, hay problemas que visibiliza de forma particular. Como en Black Diamonds, una instalación en la que presenta unas figuras poliédricas que imitan a los diamantes y cuelgan del techo. Con ella quiere dejar patente un problema real. Tras la belleza frágil suspendida  hay una lectura que impone el contexto del comercio de las gemas, unido a la corrupción, la explotación y la pobreza. Dos caras de la moneda que no siendo comparables, conforman un entorno mundial vestido de máscaras que es preciso descubrir.