Julia Margaret Cameron. El sello de la imperfección que trasciende 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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La obra fotográfica de Julia Margaret Cameron después de pasar por el Victoria and Albert es acogida por la Fundación Mapfre. Una muestra retrospectiva que resitúa su trabajo desde una perspectiva contemporánea que revaloriza su legado

A día de hoy la posición de la británica Julia Margaret Cameron (Calcuta, 1815 – Ceilán, 1879) como una figura clave en la pionera fotografía del siglo XIX es indiscutible. Por muchas razones. Cameron, que mantuvo una posición privilegiada por las personalidades que frecuentó, entre las que se encontraba Henry Cole, entonces director del que ahora se conoce como Museo Victoria and Albert de Londres, vio reconocido su trabajo en vida a pesar de ser mujer y comenzar a fotografiar rondando los cincuenta años. Pero no fue ajena a las críticas que le supusieron una técnica escrupulosa para que las imágenes fueran nítidas, que esquivó saltándosela sin miramiento. La intención de Julia Margaret Cameron era ir más allá de la simple reproducción. “Aspiro a ennoblecer la fotografía, a darle el tenor y los usos propios de las Bellas Artes, combinando lo real y lo ideal, sin que la devoción por la poesía y la belleza sacrifique en nada la verdad”, afirmó. Por eso el paso del tiempo no ha hecho sino mejorar su posición artística. Sus fotografías, vistas ahora, ganan significado precisamente por lo mismo que fueron criticadas. Su táctica fotográfica ha dado amplitud a sus creaciones dotándolas de una mística que exige interpretación y que no escapa a la emoción. En palabras de Pablo Jiménez Burillo, director de Cultura de la Fundación Mapfre, “sus fotografías mantienen una intensidad emocional realmente grande. Margaret Cameron es una fotógrafa que sigue emocionando y es lo que la hace realmente grande, no solamente en la historia de la fotografía sino en la historia del arte”.

La exposición comisariada por Marta Weiss conservadora de fotografía del Victoria and Albert, museo que organiza la exposición junto con la Fundación Mapfre, está estructurada en cinco secciones que muestran la evolución de la artista en los cuatro primeros apartados atendiendo a su interés por los retratos, los grupos de madonas y otras obras más dramáticas con un efecto pictórico que hacen referencia a la literatura o la mitología y que están influenciadas por el Renacimiento italiano. Para acabar, la última sección descubre una contextualización de la época a través de otros fotógrafos destacados y contemporáneos a Margaret. “Algunos realizaban fotografías muy diferentes a las de Cameron, lo que nos ayuda a ver lo especial y única que era su obra”, puntualiza Marta Weiss. A cada tramo además acompaña diversos documentos epistolares que Julia Margaret Cameron le envió a Henry Cole director fundador del Museo South Kensington, hoy Victoria and Albert, que son determinantes para descubrir el talante de la artista. Dentro de estas secciones destaca Electrizar y sorprender  porque su título se manifiesta ya como tratado estético de la artista. Anteponiendo a estas obras la carta que Cameron le envía a Cole es muy reveladora. En ella le dice que su nueva serie de fotografías van a electrizar y sorprender al mundo. Para estas tomas se valió de una cámara nueva de 38 x 30.5 cm que le permitió trabajar con primeros planos y retratos de mayores dimensiones que exteriorizan la captación de las emociones de sus modelos. Un rasgo muy peculiar que ha dejado claramente una impronta muy importante en fotógrafas posteriores que como Francesca Woodman han trascendido lo emocional para captar lo tenebroso del alma, llegando a lo más profundo del ser. Y su técnica en este resultado no hizo si no marcar lo que era indisoluble de su modo de ver.