Anomalisa | Hiperrealismo artificial 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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El realismo animado y surreal de ‘Anomalisa’ no sería posible sin el método Kaufman. El guionista de ‘Cómo ser John Malkovich’ vuelve a descuadrar las ideas preconcebidas a golpe de guión

En los noventa cuando Charlie Kaufman debutó como guionista en el cine con Como ser John Malkovich (1999)  los guionistas parecían seguir un esquema argumental corporativo que no admitía tentativas transversales, lo cual no impedía que algunos fueran capaces de hacer de esos esquemas auténticos prodigios, para lo cual más que desmantelar el guión y reconstruirlo por oblicuos, tenían la costumbre de construir grandiosos personajes, que no pocas veces relucían más por su miserabilidad que por su filantropía. Entonces Kaufman con sus métodos no consagrados a lo que se venía haciendo por entonces, a finales de los noventa, resultó un soplo de aire fresco en la industria saltándose fórmulas más o menos efectivas para convencer a la audiencia. El invento, aunque chocante para algunos, marchó. Spike Jonze en la dirección, también por esta época debutante en el largometraje cinematográfico, conformó junto a Charlie Kaufman un tándem que continuó con Adaptation. El ladrón de orquídeas. Ambas películas estuvieron compuestas musicalmente por Carter Burwell, el responsable de que el primer proyecto de Anomalisa  viera la luz en un formato teatral poco convencional allá por el 2005.

Una década después Anomalisa  llega a la gran pantalla con Charlie Kaufman junto con Duke Johnson para hacer efectivo una constante: en un mundo de carne y hueso cada vez más acartonado por la tecnología, la animación en estado puro es la única capaz de devolvernos nuestra esencia humana repleta de miedos, inseguridades, deseos y una inagotable búsqueda de la verdad a través de los otros. Pero para ello es necesario que el método sea el apropiado. Y Anomalisa  consigue evidenciar que se puede hacer animación, en este caso por stop motion, sin olvidar la escala humana y sus imperfecciones, lo cual no deja de confirmar nuevamente que el método Kaufman, con sus procedimientos imperfectos y complejos, resulta efectivo para explicar un mundo aparentemente perfecto y más simple que el mecanismo de una palanca.
 

Tráiler de Anomalisa | StyleFeelFree Youtube