Señor Manglehorn | Metáfora vital 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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‘Señor Manglehorn’ logra conectar con el público con un Al Pacino imparable que recuerda al Jack Nicholson de ‘Mejor… imposible’

La vida transcurre, a veces, inflexiblemente. Los recuerdos convertidos en obsesión imperan en esa limitación de la propia conciencia. Señor Maglehorn, dirigida por David Gordon, se centra en Manglehorn, un personaje ambivalente que vive aferrado al pasado. Interpretado impecablemente por Al Pacino, fiel a una forma de interpretar metodológica que ha dado lugar a logrados papeles y un puñado de títulos dignos de olvido con los que amenizó al gran público, el filme recurre a psicologías reconocibles que empatizan con el espectador.

Señor Manglehorn, en la línea de Mejor… imposible, que contó con la loable interpretación de Jack Nicholson, recurre a uno de esos personajes incómodos, pero atractivos, que emergen de su monótona existencia gracias al milagro de las relaciones. Si en la película de los noventa Helen Hunt conseguía moldear lo inconmovible, Holly Hunter, en Señor Manglehorn, hace lo propio en un pequeño papel que tampoco le permite lucirse como sólo tuvo la oportunidad de hacerlo en la espléndida El piano. En esta, interpreta a una empleada de banco dispuesta a abrirle el corazón a Manglehorn. Sin embargo, el señor, sigue esperando a un amor del pasado, un fantasma que acapara gran atención y que logra hilar el guión con dosis sentimentales que no llegan a resultar excesivas. Paul Logan, guionista de la cinta, consigue elaborar, en su primer trabajo de larga duración, tramas que no brillan por la originalidad argumental, pero sí por el enfoque. Aunque en ocasiones, el propio punto de vista se torne, sin demasiada expectativa, como metáfora vital del tiempo marcando sus pautas. Del tiempo y sus circunstancias abriendo y cerrando puertas no sólo materiales — Manglehorn es cerrajero de profesión —, sino inmateriales, esto es, las del alma.

Como resultado de esta narración cinematográfica, como alegoría, Señor Manglehorn conecta con el público volviendo a recobrar la fuerza de Al Pacino, que recientemente destacó por doble partida en Danny Collins y La sombra del actor. Su satisfactorio vínculo con Harmony Corine también deja escenas notables. Corine, más conocido como director, desde su memorable guión para Kids, como símbolo generacional de los noventa, traspasa esta película. A considerar, que en estos momentos, el polifacético artista californiano está en la preproducción de su nuevo trabajo como realizador en el que, además, Al Pacino estará involucrado en el reparto.