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El denim vuelve con un lavado de cara, abandonando los acabados al ácido y optando por el aspecto natural que reivindica los azules más auténticos
Una de las tendencias que más ha calado esta temporada son los setenta. Por ello, era lógico que el denim fuera uno de los tejidos estrella, junto al ante, esta primavera-verano 2015. Aunque también es cierto que el vaquero casi siempre, de alguna manera u otra, es reclamo del mercado, si bien también ha tenido sus puntos muertos. Aun así, la forma de interpretarlo es infinita. Por esa infinidad de posibilidades, basadas en los acabados que puede recibir el tejido estrella del casual, desde que comenzara su expansión en los EEUU en los cincuenta, esta temporada se distancia de las anteriores propuestas, en la apuesta por un aspecto más natural que recupera una apariencia de no-acabado artificial. Así que decimos adiós a los roteros, los desgastados abrasivos y artificiales. Ya era hora. Sabemos que para conseguir ese aspecto de usado artificial, es necesario someter el tejido a lavados al ácido con abrasadoras sustancias a las que están expuestos los trabajadores en las fábricas. Sabemos también que estas sustancias perjudican el medio ambiente contaminando nuestro entorno. Así que decimos adiós sin sentir lástima y damos la bienvenida a los acabados más tradicionales que miran al pasado sin detener el tiempo, esto es, apostando también por las líneas deportivas y relajadas que venimos anticipando desde la entrada en el 2010. En sus tonalidades uniformes que recuperan el clásico tinte índigo, el vaquero se subvierte sin perder su identidad de tejido todoterreno y confortable. Si bien, también hemos constatado que se están empezando a usar imitaciones de denim en otros tejidos que se salen del 100% algodón o incluso de su peculiar estructura en sarga.
No todo son setentas
Volviendo a los setenta, hay siluetas muy propias de esta década que se han recuperado también con el tejido denim. La minifalda no se acaba de ir, cierto es, hay firmas que han recuperado los pantalones campana, las chaquetas bastante ceñidas y otros detalles propios de su característica indumentaria. Pero como no todo son setentas, ni todas las marcas y diseñadores se han sometido a una fidelización sin concesiones, la selección que proponemos apuesta por ese sport confortable que hace algunos años ha venido para quedarse como forma de recuperar una identidad unisex. De esta tendencia, que venimos reclamando hace algunas temporadas, destacamos también la entrada en un minimalismo casi absoluto que comienza a querer combinar sólo consigo mismo.
Un poco de historia
Un tejido, el vaquero, que podría tener sus orígenes en el siglo XV en Francia, en una pequeña población del sur del país denominada Nimen, centro industrial textil del algodón, de donde se extraería el término demin, tela de Nîmes que acabaría por convertirse en deNim. El término Blue Jeans, en cambio, podría ser una adaptación de la denominación Bleu de Gênes, de la región de Génova. Curiosamente, aunque se suele relacionar con la cultura estadounidense, no es hasta 1870 que Levi Strauss comenzó a fabricar pantalones de trabajo para los mineros con este tejido por su resistencia. Y si bien, en 1873 con el diseño de Jacob Davis, ya se empezó a comercializar el primer modelo de Levi’s, hubo que esperar hasta los cincuenta para que se popularizara con Marlon Brado en Salvaje o James Dean en Rebelde sin causa como iconos de la subcultura Greaser, jóvenes de clase trabajadora con el Rock and Roll como bandera y el descontento como actitud. Pero no dejó de ser una tendencia minoritaria y no fue precisamente hasta 1970 cuando el denim, como uniforme de los jóvenes inconformistas, se convirtiera en un tejido de uso casi obligado, adquiriendo un protagonismo sin precedentes.